martes, 17 de marzo de 2009

Derechos del Ciudadano

Muchos ayuntamientos incumplen la ley ante el problema del ruido


Redacción: Uno de cada cuatro españoles sufre problemas de ruido en sus viviendas. Pero los ayuntamientos hacen oídos sordos e incumplen la ley. Una discoteca debajo de casa puede arruinar el sueño de cualquiera una noche de verano. O un bar, el aire acondicionado del vecino o el último sitio de moda para hacer botellón. Pero lo que cuenta es el negocio.
Sólo 6 de las 18 grandes aglomeraciones que tenían que elaborar un mapa de ruido antes de agosto de 2007 lo entregaron y en julio de 2008 expiró otro plazo, el de presentación de planes de acción para combatirlo, también obligatorios.
Ningún ayuntamiento lo ha remitido al Ministerio de Medio Ambiente, que debe enviar la información a la Comisión Europea si no quiere arriesgarse a una multa de la UE. Los más incumplidores y retrasados son los ayuntamientos en los que gobierna el Partido Socialista, según los datos.
La inactividad es la tónica general de los consistorios españoles ante el problema del ruido. Actúan básicamente a golpe de sentencia. Lo sabe bien José Antonio Siles, que recibirá una indemnización de 12.000 euros por cada uno de los 13 años en que padeció las molestias propias de tener una vivienda en una zona de bares. Él y otros 17 vecinos de Vélez-Málaga.
Así lo decidió el Tribunal Supremo el pasado año, en la mayor condena a un ayuntamiento por pasividad en la aplicación de la normativa contra el ruido (4,5 millones de euros). "El sonido se metía por los cristales y hacía vibrar todo el edificio", recuerda Siles, que en su casa de vacaciones llegó a instalar las ventanas más insonorizadas del mercado.
"Veníamos a descansar y el mes que pasábamos era un infierno".Ésta es una de las quejas más frecuentes de los ciudadanos en lo que a calidad ambiental se refiere, según los informes del Defensor del Pueblo, que le dedicó un estudio especializado en 2005.
La Ley del Ruido de 2003, que trasponía una directiva europea, pretendía prevenir y reducir el ruido ambiental. Para ello, las instituciones tenían que ponerse a trabajar en localizar los focos más graves y fijar medidas para evitarlos.Medio Ambiente no ha podido remitir aún la información a la Comisión Europea porque sólo ha recibido la de aeropuertos y ejes viarios y ferroviarios, pero no la que le correspondía aportar a los municipios.
"El proceso es muy largo, y yo creo que el plazo era muy optimista", justifica José Manuel Sanz, jefe del área de ruido del ministerio. Sólo Valencia, Alicante, Málaga, Las Palmas de Gran Canaria y, muy recientemente, Vigo y Zaragoza, han cumplido a medias (entregando los mapas pero no los planes de acción).
"Estamos preparando la información para enviar lo que tengamos", afirma. No atenerse a los plazos puede acarrear la apertura de una infracción contra España por parte de la UE."El incumplimiento en esta materia por los ayuntamientos es generalizado", afirma Francisco Soler, abogado medioambiental.
"Esto hace que las personas afectadas se sientan indefensas". Los vecinos de Vélez-Málaga, desde que se abrieron decenas de pubs a escasos metros de su comunidad, remitieron "por lo menos 300 escritos" al Consistorio, llamaron a la policía, denunciaron, se manifestaron.
"Acudimos a todas las autoridades", cuenta José Antonio Siles. Hasta que decidieron ir a juicio.Pocos afectados recurren a la vía legal, conscientes de que se enfrentan a un proceso costoso y largo.
Antonio Bocos, abogado especializado en ruido, recibe unas setenta quejas al mes, de las que sólo acaban en juicio un par. Sin embargo, opina que este problema se está resolviendo en España a base de sentencias "cada vez más estrictas".Aeropuertos, carreteras, bares y los propios vecinos son los focos de ruido más frecuentes en las ciudades.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la exposición a sonidos peligrosos como un problema de salud pública. Además de los efectos negativos sobre la audición, puede causar trastornos psicológicos, cardiovasculares, hormonales o alteración del sueño.
En las ciudades, los mismos ayuntamientos que otorgan las licencias de actividad son los que tienen que vigilar que no sobrepasen los límites legales. Ignacio Sáenz, presidente de la Plataforma Estatal contra el Ruido, cuenta que se siguen aplicando ordenanzas municipales anteriores a la ley."La situación está mejorando", concede el abogado Agustín Bocos.
"Hay menos casos que hace unos años", pues antes era impensable que un ayuntamiento pudiera responsabilizarse por el jaleo de su ciudad. Pero ahora no es simple ruido, es auténtica contaminación ambiental.Lo de Vélez-Málaga comienza a dejar de ser una excepción.
Algunos tribunales empiezan a castigar también el jaleo provocado por los botellones. Los ayuntamientos de Arganda del Rey y Bilbao han sufrido las sanciones del Tribunal Supremo: uno, por permitir que dos casas regionales sin licencia superasen los límites acústicos durante cuatro años; el otro, por las labores de limpieza nocturnas.
En casos como éstos, los ayuntamientos, además de indemnizar, deben poner fin al ruido. Pero no suele ocurrir."Cada vez que intentaba conciliar el sueño me despertaba un ruido". La frase suena manida. Y lo es. La repite cada persona que vive en una zona de bares y sufre esta pesadilla. Sea en Málaga, en Valencia, en Barcelona, en Madrid...
No por casualidad, los expertos hablan de que es "un problema estructural" en España. "Nunca he pensado en ir a los tribunales. Sí, puedo lograr que me paguen, pero el problema va a seguir ahí. No confío en que el Ayuntamiento haga nada". María vive de alquiler en Chueca, en una de las zonas de marcha de Madrid.
"Lo que voy a hacer es muy simple: cambiarme de casa".De las quejas por los bares se ha pasado a las del botellón. Decenas de jóvenes habían elegido la calle de Pedro y Silvia para reunirse a beber. Alegando el derecho al descanso y la intimidad del domicilio, los vecinos de Béjar (Salamanca) han conseguido que un juzgado condene al Ayuntamiento a indemnizarles y a evitar la práctica festiva.
Sevilla también ha sido sancionada."La gente no sabía que también podía protestar por esto", cuenta el abogado que llevó el proceso de Béjar. Pero la odisea de estos vecinos, a los que los tribunales han dado la razón, no parece haber acabado. Se enfrentan ahora al enfado de los jóvenes que se han quedado sin su lugar de fiesta.
Los expertos recomiendan a los afectados que llamen a la policía para que acuda a realizar una medición. El siguiente paso es presentar una denuncia por escrito al Ayuntamiento. "Lo más importante es que se hagan las mediciones con sonómetros", cuenta el abogado Beltrán Gambier. Que el sonido supere los límites permitidos es la clave para demostrar la vulneración de derechos. Pero la falta de personal para realizar las mediciones puede obligar a los afectados a tener que pagar una medición privada.Cuestión de salud-Dormitorio.
Los niveles de ruido recomendables durante la noche no deben superar los 30 decibelios para evitar trastornos de sueño-Vivienda. Durante el día, el nivel de sonido proveniente del exterior de una casa debería mantenerse por debajo de los 55 decibelios.- Escuela. Para garantizar la comunicación y la comprensión, el sonido de fondo no debe ser mayor de los 35 decibelios-Fiestas. En los eventos multitudinarios con música y sonidos fuertes, el nivel de ruido generalmente sobrepasa los 100 decibelios