martes, 17 de marzo de 2009

Economía

España es el país de la eurozona donde menos han subido los salarios reales en 2008


Madrid.- Malos tiempos para los salarios. Al menos en el caso español. Los últimos datos de Eurostat -agencia estadística de la Unión Europea- muestran que España fue en 2008 el país de la eurozona donde menos subieron los salarios por hora trabajada. En concreto, un 3,1%, lo que significa un punto por debajo del crecimiento del IPC (media anual).
En la zona euro, por el contrario, la hora trabajada aumentó un 3,9%, frente al 3,3% que creció el Índice de Precios de Consumo. Es decir, que en el caso español se produjo una pérdida del poder adquisitivo equivalente a un punto porcentual, mientras que en la eurozona la ganancia en términos reales fue de seis décimas.
El caso español no es el único, pero sí el más relevante entre las grandes naciones. Sólo los salarios de los trabajadores de Malta (con apenas 400.000 habitantes) tuvieron un peor comportamiento. De las 16 naciones que forman parte del euro, en once se produjo una ganancia de poder adquisitivo, mientras que en las cinco restantes los salarios reales por hora trabajada crecieron por debajo de la inflación (Francia, Irlanda y Bélgica, además de España y Malta).
El caso más relevante, entre los grandes países de la UE, es el de Alemania, un país volcado a las exportaciones, y por lo tanto a los bienes comercializables -más abiertos a la competencia-, donde el salario por hora trabajada creció dos puntos por encima de la inflación (un 4,7% frente al 2,8%). Eso explica que los costes laborales unitarios germanos suban sistemáticamente menos que en España, como pone de manifiesto el gráfico. Los CLUs miden la relación entre costes y productividad. Por ello, Alemania, y pese a la ganancia de poder adquisitivo de sus trabajadores, ha sido capaz de mantener intacta su capacidad de competir respecto de sus socios europeos, gracias fundamentalmente a su elevada productividad.
No es este el caso español, donde los salarios nominales (con inflación) crecen “sustancialmente” por encima de la media, al igual que sucede en Irlanda, Grecia, Portugal, Holanda y Luxemburgo-, como sostiene el último informe de coyuntura del Servicio de Estudios del BBVA. Sin embargo, en los casos de Irlanda, Holanda y Grecia los avances de la productividad permitieron amortiguar los efectos que tienen los salarios sobre la inflación.
Patrón de crecimiento
En España, por el contrario, los salarios aceleran el crecimiento de los precios, pero no debido a que sean elevados (que todavía se encuentran muy lejos de la media de los países ‘grandes’), sino como consecuencia de los escasos avances de productividad debido al patrón de crecimiento. La parte fundamental que explica el aumento del PIB en los últimos años se debe al uso intensivo del factor trabajo, principalmente inmigrante, cuyo salario, según el Banco de España, es un 20% inferior al de los nativos. En palabras del banco central, “reducidos niveles salariales han reforzado la tendencia de la economía española a sobreespecializarse en actividades constructoras y en servicios con poco valor añadido incorporado”.
Según datos de Eurostat, el coste medio por hora trabajada se sitúa en España en 16,39 euros, lejos de los 25,25 euros que se pagan en Francia, los 27,70 de Alemania o los 33,30 de Suecia. En el lado contrario se sitúan los países del Este de Europa, donde los salarios continúan a años luz de los países más avanzados: 7,13 euros por hora trabajada en Hungría, 6,41 euros en Eslovaquia o 3,41 euros en Rumania.
Igualmente, el peso de los salarios sobre el conjunto de los costes laborales continúa siendo en España inferior al de Alemania: un 73,3% frente al 76,7%. Pero superior al de Francia, sonde los salarios suponen el 67,2% de lo que destinan los empresarios al pago total de sus trabajadores (incluyendo cotizaciones sociales).