jueves, 14 de enero de 2010

Agricultura y Ganadería

Nunca llueve a gusto de todos en el campo
Toledo.- La climatología de los próximos días va a determinar que las pérdidas en el olivar toledano sean de en torno a un 40 por ciento, como estiman las organizaciones agrarias, o que puedan llegar hasta, incluso, el 80. Una vez más se hace bueno el dicho de que nunca llueve a gusto de todos.
La ausencia de fuertes vientos que darían lugar a la caída de más aceitunas de las que ya hay en el suelo y de lluvias, para permitir el paso de los agricultores a los campos, ahora encharcados, y poder continuar con la varea, que apenas había comenzado cuando se iniciaron las primeras inclemencias, serán fundamentales para salvar al menos parte de la cosecha, que no será de una calidad excelente pese a lo que se preveía hace apenas un mes.Elisa Fernández, coordinadora provincial de UPA en Toledo, opinaó que, «en principio, hacer una estimación es difícil porque el tiempo está muy inestable. Si en los próximos días hace viento, ya sí que se estropea del todo». «En la provincia de Toledo, va a haber una pérdida del 30 por ciento, como poco, aunque las cooperativas hablan del 40», añade.La responsable provincial de la Unión de Pequeños Agricultores recuerda que en Toledo, cuando se inició el mal tiempo, fundamentalmente a partir de la nevada del día 14 de diciembre, apenas se había recogido un diez por ciento de la aceituna, «no como en otras zonas, donde para esa fecha ya se había recogido mucho». Es decir, aparte de perderse aceituna, el fin de la campaña tendrá lugar mucho más avanzado el año que en ejercicios anteriores.«Hay que reconocer que, a nivel general, la lluvia siempre viene bien, en este caso ha beneficiado al cereal, pero a los de la aceituna les ha partido por la mitad», dice Fernández, quien añade que esta merma notable en la producción, cuando se estimaba que ésta sería superior a la del año pasado -el olivar un año suele dar mucha cantidad y al siguiente menos- podría suponer un aumento del precio a cobrar por los olivareros toledanos, aunque esto es sólo «teoría», no en vano es posible «que los listos de siempre se aprovechen y el productor reciba el mismo precio que antes, aunque el comprador sí tenga que asumir una subida.A este respecto, Francisco Redondo, responsable del sector del aceite en la provincia por COAG, señala que dado que en otras comunidades productoras de aceite, como Andalucía, sí se había recogido ya bastante fruto cuando empezó el clima adverso, realmente la reducción de la producción en Castilla-La Mancha se va a notar pero no tanto como para un aumento considerable del precio. Y aunque ese fuera el caso, «desde luego no va a compensar dadas las pérdidas».Redondo cifra en un 40 por ciento la pérdida de aceituna, pero «puede llegar al 80». De esta forma, «el fruto ha comenzado a caerse y como siga lloviendo no se va a poder entrar en el olivar para recoger lo que aún queda, que también podría caerse si hace viento», por eso lo importante para las próximas jornadas es que no haga aparición el aire. Los agricultores, como siempre, una vez más condicionados por el tiempo.El responsable de COAG apunta que el 50 por ciento de la economía agraria de la provincia de Toledo depende del olivar, así que «imagínate cómo nos quedamos», se lamentó, como también se mostró fastidiado por el hecho de que apenas «se ha podido recoger aceituna durante tres días».La secretaria provincial de Asaja, Blanca Corroto, por su parte, dice que lo negativo para el olivar ha sido la nieve, en ningún caso el agua, aunque éste esté dificultando la recogida. «En Toledo ha llovido bastante y bien, sin desbordamientos que hayan repercutido negativamente; el problema ha sido la nieve, que es lo que ha hecho que la aceituna se haya helado», con la consiguiente caída del árbol, dijo.La Asociación de Jóvenes Agricultores de Toledo se encuentra actualmente realizando llamadas a los diferentes municipios para poder evaluar los daños, si bien adelanta que estos podrían llegar al 50 por ciento. No en vano, «la nieve del día 14 ha hecho que el fruto empiece a caer», a lo que habrá que sumar la caída derivada de las últimas nevadas, que no tardará en llegar y que es prácticamente imposible de evitar porque los campos están encharcados y no se puede acceder a ellos.«Dios quiera que no haga aire», añade y cree que si no sigue lloviendo en unas tres semanas se podrá acceder de nuevo a los olivares para continuar con la recogida. De esta forma, este año la campaña real se iniciará cuando en otros ya está más que concluida.Como no todo puede ser negativo, la climatología de las últimas semanas, al menos de momento, ha traído algunos beneficios para el campo toledano, especialmente en lo que a cereal se refiere. Así, «aunque ha nevado, luego ha llovido, sin dejar grandes heladas, con lo que el agua se ha filtrado y al cereal esto le ha venido genial», informaba Elisa Fernández desde UPA.Por poner una puntilla, cierto es que las lluvias caídas han retrasado la siembra de este cultivo, tal y como recordó Alejandro García, miembro de la Comisión Ejecutiva de COAG. «Se empezó tarde porque apenas había humedad y esto nos ha cogido un poco a la mitad», añadió.La secretaria provincial de Asaja señaló respecto a esta cuestión que ese retraso en la conclusión de la siembra del cereal en Toledo no tiene por qué suponer ningún problema, si bien, una vez más «todo depende del tiempo».En cuanto al viñedo, otro de los cultivos destacables en la provincia toledana, se puede decir que la nieve no ha supuesto graves daños, al menos según las estimaciones de UPA, que fueron confirmadas por García, para quien lejos de dañar la vid de cara a la próxima campaña -para el mes de septiembre-, «ha venido bien».No es de la misma opinión el presidente de Asaja-Toledo, Manuel Juárez, quien, por la experiencia de años pasados, consideró que es más que probable que algunos sarmientos de la vid se hayan congelado, aunque no pudo confirmarlo, ya que es más que complicado acceder a los campos actualmente por estar encharcados. «El agua siempre viene bien, pero cuando hay temperaturas tan bajas siempre se hiela parte de la cepa, pero como nadie puede salir al campo aún es difícil hacer estimaciones», manifestó.