domingo, 24 de enero de 2010

Medio Ambiente

Un invierno poco común

Toledo.- La culpa es de un anticiclón en el Ártico, que invierte la temperatura en el hemisferio norte, pero lo cierto es que este invierno está resultando fuera de lo común, con nieves en la Europa meridional y calor en Groenlandia.
Últimamente, ha nevado en Sevilla y Florida. Todo el hemisferio norte está sumido en un frío extremo acompañado de lluvias abundantes. ¿Todo? No. Mientras las agencias de meteorología rebuscan en sus archivos en busca de precedentes tan fríos, Groenlandia y Alaska pasan un invierno extremadamente suave.
El sistema de anticiclones y borrascas conocido como Oscilación Ártica, que hace que normalmente los vientos árticos se mantengan en latitudes razonables, se ha invertido esta temporada y el fenómeno es el responsable de que las mesetas castellanas haya días que parecen ser parte de Siberia.
El invierno en el hemisferio norte varía normalmente en función de la Oscilación Ártica. Un catedrático de Física de la Tierra de la Universidad de Castilla-La Mancha, Manuel de Castro, explica cómo funciona: "El patrón medio de la circulación del aire de oeste a este en las capas medias y altas de la atmósfera entre las latitudes subtropicales y árticas oscila sucesivamente entre dos fases llamadas cálida y fría".
En la fase cálida, el aire circula de oeste a este de forma paralela al ecuador. Las bajas presiones en el Ártico y el anticiclón en latitudes intermedias mantienen a raya a los vientos del Ártico, que apenas bajan a Europa o Norteamérica.
Sin embargo, a veces la situación se invierte y el hemisferio norte pasa a "fase fría": en el Ártico se instala un anticiclón y una borrasca en el Atlántico. En ese caso "las trayectorias del aire tienen una forma muy ondulada, ya que las anomalías de presión presentan una conjunción contraria a la de la fase anterior, lo que facilita la penetración de masas de aire muy frío hacia el sur y de aire cálido hacia zonas más septentrionales", añade.
Eso es lo que ha ocurrido desde diciembre pasado. Las anomalías de temperatura en diciembre medidas de forma recreada por la NASA muestran cómo Groenlandia o Alaska tienen hasta 10 grados por encima de lo que sería normal en esta época mientras que América del Norte y Europa sufren hasta 10 grados menos. Es como si el aire ártico hubiera bajado por dos ramales envolviendo el hemisferio.
Por supuesto que el fenómeno no es nuevo, aunque no frecuente. Además se alterna durante semanas o meses. Lo que es inusual es la fuerza y la duración de la fase fría, ya que el índice que mide la oscilación ártica no daba un periodo tan negativo desde 1950. De Castro señala que "el origen de este tipo de comportamiento está relacionado con complejas interacciones entre la atmósfera, el océano y los hielos polares que aún no se comprenden muy bien" y que por eso son situaciones muy difíciles de predecir con antelación.
Los escépticos del calentamiento global a menudo denuncian que si el aeropuerto de Barajas cierra por nieve, como ha ocurrido este año, eso implica que no hay cambio climático. Jaime Ribalaygua, presidente de la Fundación para la Investigación del Clima, insiste en que una cosa es la variabilidad natural y otra el calentamiento a largo plazo por la acumulación de gases de efecto invernadero. Del mismo modo, cada ola de calor no puede atribuirse al cambio climático.
De Castro explica que "si estos fenómenos serán más o menos frecuentes y virulentos en el futuro es todavía objeto de estudio por los investigadores del clima".