martes, 26 de enero de 2010

Opinión

Nucleares si, gracias
Por Diego Armario
El debate sobre la energía nuclear se sigue planteando en algunos países como si se tratase de un tema ideológico cuando en el fondo la única argumentación sólida tiene que ver con los aspectos científicos, de seguridad y de rentabilidad económica.
El siglo pasado – que no está tan lejos aunque quienes se refieren a él en esta materia si están un poco anticuados – sirvió para constatar las ventajas y los inconvenientes de esta energía, y también para sufrir algunas de las consecuencias que se derivaron del incumplimiento de los protocolos básicos de seguridad en las Centrales.
Como consecuencia de todo ello, movimientos ecologistas izaron la bandera antinuclear para fines pacíficos, y a ellos se sumaron grupos indeterminados de jóvenes y no tan jóvenes que habían abrazado la filosofía roussoniana de haz el amor y no la guerra, confundiendo lo nuclear con lo necesaria e inevitablemente peligroso.
En estos años se han reforzado y mejorado los protocolos de seguridad en torno a las centrales y lugares de almacenamiento de residuos (ATC: Almacén Temporal Centralizado) y los países de nuestro entorno en la Unión Europea no sólo mantienen sus instalaciones de generación de energía, sino que están ampliando sus programas de futuras centrales, y además aceptan recibir residuos de otros países cobrando el “favor” a 60.000 euros diarios.
Gobernar desde la ideología en algunas materias es un gran error que finalmente resulta muy costoso, pero al mismo tiempo ayuda a dividir a la opinión pública en dos trincheras casi irreconciliables.
En materia de alta tecnología lo razonable es atenerse a los informes periciales de los expertos y a los usos y costumbres de nuestros socios comunitarios. Si hacemos este camino bajo el paraguas de la sabiduría acreditada de quienes más saben, acertaremos.
Sin embargo el debate sigue planteándose en España desde un punto de vista ideológico y las consecuencias están a la vista: se hace política de corto plazo, porque la rentabilidad que se busca es la del voto ciudadano, sensibilizado por las campañas de “Nucleares no, gracias”.
Lo más lamentable de todo ello es que los grandes partidos nacionales le han comprado el discurso a los pequeños grupos ecologistas, anclados en argumentos del siglo pasado.
En estos momentos en Castilla la Mancha el Partido Socialista y el Partido Popular se han puesto de acuerdo para rechazar un Almacén Temporal Centralizado (vulgarmente cementerio nuclear), con el argumento de que aunque no hay riesgo y la energía es segura, que lo instalen lejos de su territorio.
Tenemos muy cerca de nuestra frontera, Centrales Nucleares y ATCs franceses: pagamos cantidades ingentes por comprarles su energía y porque nos guarden nuestros residuos, y nos quedamos tan tranquilos.
¡ Qué incongruencia!

(D. Armario es escritor y periodista)