sábado, 23 de enero de 2010

Agricultura y Ganadería

La crisis del campo rebaja el precio de la tierra por vez primera en 15 años

Escalona.- La crisis del campo también pasa factura al mercado de fincas rústicas. En los últimos 15 años, 2008 fue el primer ejercicio en el que se registró una reducción del precio de los cultivos, según datos del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, que apuntan que esta caída fue del 0,9%.
"El valor del precio de la tierra depende de la producción y es bueno que sea así", explica José Luis Miguel, coordinador técnico de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que explica que "al ser la rentabilidad muy baja, el precio también tiende a disminuir".
La falta de dinamismo también se ha notado en este mercado en el descenso del número de transacciones. En octubre de 2009 las ventas de este tipo de inmuebles se redujeron un 25,7% respecto al mismo mes de 2008, hasta las 8.821 operaciones, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Así lo confirma Lola Sánchez, directora de la web de venta de fincas rústicas e-Rustica, que afirma que, "como en todos los sectores económicos, nuestras ventas han bajado un poco respecto a años anteriores".
Un descenso en el que han pesado tanto las expectativas sobre el rendimiento agrario como la dificultad para acceder al crédito. El director de los Servicios Técnicos de la Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores (Asaja), José Carlos Caballero, atribuye también parte de esta caída al alejamiento de empresarios de sectores ajenos a la agricultura que, en los años de bonanza económica, encontraron en estas actividades un destino para sus inversiones alternativas.
Explica, además, que la rentabilidad ha marcado la evolución de los precios de estos inmuebles en los últimos años, por lo que "no puede establecerse paralelismo con el mercado de la vivienda". Mientras que los precios de los inmuebles residenciales crecieron de forma exponencial, la evolución de los precios de la vivienda ha sido paulatina desde la última crisis económica.
Sin embargo, las cotizaciones no siguen una misma tendencia en todo el territorio español. El director del departamento Agrícola de Tinsa, Antonio García Ceva, explica que "la singularidad de éste tipo de inmueble, la diversidad de superficies, de cultivos, de aprovechamiento y la atomización del propio producto hacen que los datos genéricos sean imprecisos", ya que el mercado de fincas rústicas se compone más bien de "una multitud de submercados". Así, mientras una finca de secano de bajo rendimiento puede costar unos 1.000 euros por hectárea, otros cultivos intensivos, como invernaderos, plantaciones de cítricos en Valencia y plataneras de Islas Canarias, pueden llegar a costar 50.000 euros por hectárea. Por otra parte, la compra de terrenos para actividades relacionadas con las energías renovables, la ampliación del suelo industrial o el cultivo para biocombustibles representan una excepción en la evolución del mercado. Son ventas con un precio medio superior al valor de la tierra, pero la tierra que se ha dedicado a estas actividades es tan poco extensa que no ha tenido un impacto significativo en las estadísticas. Para el resto, "la dificultad estriba en conocer el verdadero valor de determinados aprovechamientos -cinegéticos, medioambientales, lúdicos y de recreo- que pueden tener muchos terrenos y que son compatibles con los aprovechamientos agrícolas, forestales y ganaderos".
Lola Sánchez, de e-Rustica, valora el papel de estos inmuebles como inversión. "En este momento es muy interesante para quien tiene disponibilidad, ya que puede obtener precios muy interesantes", señala. Y apunta que, al contrario de lo que sucede con el ladrillo, "el terreno siempre tiene un valor añadido y muchas posibilidades de rentabilidad". Los agricultores se muestran menos optimistas.
El representante de Asaja, por su parte, indica que la evolución del mercado de fincas en los próximos meses dependerá de cómo despegue España de la crisis.