lunes, 18 de enero de 2010

Vitoria volvió a celebrar el sorteo de San Antón, tradición que se remonta a 1781
Vitoria.- Frente a la popularidad de la bajada del Celedón o de San Prudencio, la fiesta de San Antón en Vitoria es como una celebración familiar, que disfrutan los vecinos de la capital ritualmente desde hace más de dos siglos.
El acto festivo más tradicional de los que se viven en la capital alavesa se volvió a revivir ayer con la ligera salvedad de que, la ley así lo exige, en lugar de rifarse un cerdo, se sortea un lote de productos de gorrino ibérico de bellota valorado en 600 euros. Eso sí, se realiza la tradicional bendición de la cerda, pero ésta salva la vida.
San Antón se ha convertido en los últimos lustros en una fiesta destinada al público infantil y en un sorteo de algo más que productos porcinos. Durante la tarde de ayer se sucedieron las actividades lúdicas, con especial éxito el reparto de chocolate con bizcochos, después de jugar en el gargantúa y en los hinchables.
En la parroquia de San Pedro, se llevó a cabo la bendición de la cerda (de la variedad autóctona del cerdo chato alavés), un acto que se remonta al año 1781, cuando se organizó la primera rifa con el fin de recaudar fondos para el entonces hospicio de San Prudencio, hoy residencia de ancianos.
Aunque la tradición señala la carne como el principal reclamo, en la lista de premios había motivos más suculentos para haber comprado alguno de los 15.000 boletos que se habían puesto a la venta a 60 céntimos cada uno. Por ejemplo, el circuito Italia Dolce Vita valorado en 3.000 euros o un viaje a Gran Canaria por 2.000.
El salón de plenos del Ayuntamiento se encontraba como en las grandes ocasiones, la corporación en pleno, presidida por el alcalde Patxi Lazcoz, junto al notario Félix Ignacio Torres Cía y representantes de la residencia San Prudencio. Extrajeron las bolas los residentes en este centro Eusebia García Alonso, de 90 años, y Mario Morales Ruiz, de 82 años. Y los tres primeros premios citados recayeron en los siguientes números: 25.784, 45.052 y 46.509.
Desde el año 1995 se celebra además la rifa de dos cerdos de chocolate entre los escolares de la ciudad. Los dos cerditos, de unos 60 kilos cada uno, han sido realizados por la pastelería Nalda y este año están caracterizados como representantes del folklore tradicional. Este año, los centros afortunados han sido Calasanz y Miguel de Cervantes.
La celebración de San Antón va más allá de Vitoria, para extenderse por todas las poblaciones de Euskadi que recuerdan al patrón de los animales. La tradición señala que durante esta jornada no se unciera a bueyes y caballería, al mismo tiempo que se bendecía a los nacidos en el año. Y la cita por excelencia, se encuentra en las campas de Urkiola, en cuyo santuario volvió a repetirse ayer este ritual milenario.