lunes, 11 de enero de 2010

Polçitica Nacional

Blanco dice que Zapatero será candidato en 2012
Por E. Vázquez
Madrid.- El “número dos” del PSOE, José Blanco, ha asegurado en una entrevista radiofónica que José Luis Rodríguez Zapatero será nuevamente el candidato a la presidencia de los socialistas en las elecciones generales de 2012.
Pese a que Zapatero, al hacer balance del año pasado, evitó pronunciarse sobre si va a repetir dentro de dos años, el vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, ha dicho ahora que el líder socialista volverá a presentarse y que el partido no contempla otra hipótesis.
El propio Blanco ha reconocido que ese asunto no preocupa a los ciudadanos, que están más interesados en la política de recuperación económica y ha acusado a Mariano Rajoy, presidente del PP de querer llegar a La Moncloa "a lomos de la crisis" y de querer abrir la puerta al "despido libre". B
Además de cargar las tintas contra Rajoy, Blanco ha dicho que el Gobierno y su partido están pasando por un mal momento como consecuencia de la crisis económica, pero "es verdad que la oposición está peor y que cuando lleguen las elecciones los ciudadanos no sólo va a juzgar al Gobierno, sino a la oposición".
Pese a todo, las palabras de Blanco dando garantías de que Zapatero será nuevamente candidato parecen más destinadas a calmar a sus huestes que a tranquilizar a la opinión pública. Porque en círculos socialistas y en algunos ámbitos del gobierno se reconoce que Zapatero no tiene claro que vaya a ser candidato en 2012, si su imagen continúa deteriorándose y corre riesgo de sufrir un batacazo electoral.
Fuentes del PSOE, al amparo del anonimato, reconocen que hace meses que se registran movimientos entre las primeras figuras socialistas para intentar colocarse en posisiciones preferentes para el caso de que se produzca una sucesión forzada por las circunstancias.
Las mismas fuentes sostienen que el político socialista que a estas alturas reúne más apoyos es el ex presidente castellano-manchego José Bono, al que algunas figuras socialistas consideran el único que podría ser capaz de invertir los pronósticos negativos en la intención de voto.
Además, siempre según esas mismas fuentes, contaría ya con el respaldo asegurado de destacados componentes del PSOE, como Felipe González –muy distanciado de Zapatero-, Joaquín Almunia, Juan C. Rodríguez Ibarra y una larga lista de nombres muy conocidos, que más o menos discretamente han señalado su alejamiento del actual secretario general. Algunos de los mencionados intentan ganar para su causa al mismísimo Alfonso Guerra.
Uno de esos veteranos políticos socialistas comentaba en fecha reciente que a Zapatero la mano férrea con la que conduce al PSOE le sirve con los jovencitos, pero no con políticos de gran capacidad intelectual y que conservan mucho del carisma acumulado en casi tres décadas.
Otra antigua figura del socialismo explicaba en diciembre último que sea Bono o cualquier otro quien se encargue en su día de liderar el PSOE, deberá comenzar por hacer una criba en busca de políticos de más brillo que los que han sustentado hasta la fecha al inquilino de La Moncloa. Además, otra tarea de singular dureza será poner freno a la voracidad de determinados barones regionales y sobre todo de los grupúsculos independentistas en los que se ha apoyado Zapatero.
Personajes como el propio José Blanco a duras penas encontrarían acomodo en una dirección socialista renovada cuando el PSOE jubilé a Zapatero, creen los sectores más inquietos del PSOE. Y lo mismo se hace extensivo a algunos ministros y ministras del actual ejecutivo y a una serie de mandos regionales, provinciales y locales del partido.
El PSOE, en palabras de uno de los paladines de esos preparativos para suceder a Zapatero, tiene que ejecutar una verdadera renovación que coloque en su lugar a muchos de los actuales gestores, pero sobre todo instalar en la dirección a una generación de políticos mucho mejor preparados.
A estas alturas, casi nadie apuesta en las previsiones sucesorias por la que estaba considerada heredera elegida por el propio Zapatero, que no es otra que la ministra de Defensa, Carmen Chacón, entre otras razones, porque en los círculos socialistas disconformes se considera muy improbable que se permita al actual jefe de Gobierno “pilotar su sucesión”.