viernes, 1 de enero de 2010

Pierde fuelle la imagen de la vicepresidenta de la Vega
Por E. Vázquez
Madrid.- La imagen de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, pierde fuelle. Ha pasado en las encuestas de ser el miembro mejor valorado del Gabinete a ser la tercera, por detrás de Carmen Chacón y Alfredo Rubalcaba.
En la primera legislatura de Zapatero, su número dos, María Teresa Fernández de la Vega, se ganó la imagen de mujer fuerte y de ser uno de los miembros más trabajadores del Ejecutivo. Una auténtica apagafuegos.
En verano, cuando sus compañeros de Gabinete, se marchan de vacaciones, tradicionalmente, De la Vega emprende una gira por Iberoamérica para reforzar la imagen del esfuerzo que hace el Gobierno en cooperación, uno de los principales empeños del Gabinete socialista.
La consecuencia de ello es menos vacaciones que el resto, y más exposición pública. Algo que mantiene desde que llegó al Gobierno, en 2004. También lo ha hecho en los últimos dos años, pero en esta legislatura le está pasando factura. Además de número dos del Ejecutivo es ministra de la Presidencia y portavoz.
Se expone cada viernes a una conferencia de prensa tras el Consejo de Ministros, que la obliga a responder a preguntas de todo tipo y sobre todos los asuntos. Tanta exposición pública parece comenzar a desgastar su imagen hasta límites poco deseables.
En la primera legislatura de la Vega era el miembro del Ejecutivo preferido de los españoles, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Pero en el último año ha perdido ese favor.
En octubre de 2008, la ministra de Defensa, Carmen Chacón, le arrebató el liderazgo y era ya segunda, con un 5,10 por ciento de valoración. Lo peor llegó en julio, cuando su valoración cayó por debajo del cinco y pasó de ser tercera mejor valorada, por detrás de Chacón y del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que es ahora el primero.
En el último sondeo del CIS disponible, de la Vega recibía un 4,63 por ciento. Al parecer el secuestro del pesquero Alaktrana le pasaba factura. Ella fue la encargada del grupo de Seguimiento del caso.
Las razones, según Julio César Herrero, experto en marketing político es que el secuestro se complicó y afectó a la imagen del Gobierno, “porque trascendieron detalles que no debieran haberse conocido”. Tampoco salió bien parada de un debate sobre el caso con la portavoz parlamentaria del PP, Soraya Sáenz de Santamaría, lo que vino a demostrar, que lo suyo es el trabajo en la sombra.
Por si fuera poco, las dos semanas apartadas de la vida pública por una operación pusieron en evidencia las múltiples competencias que acumula. A las muchas que ya tenía se suman las de Administraciones Públicas, que, en principio debían haber correspondido a Manuel Chaves. Además coordina los diferentes niveles de la Administración del Estado, incluidos los delegados del Gobierno en las comunidades autónomas; gestiona la política de empleo público y para descargar a Zapatero, ha asumido las competencias del Consejo Superior de Deportes y de la Agencia Estatal Antidopaje.