domingo, 17 de enero de 2010

Opinión

La oración de Zapatero
Por Diego Amario
No me cuesta nada imaginarme a Zapatero rezando delante de un crucifijo, descalzo en una mezquita o con la kipá delante de la torá.
El se declara agnóstico y ha hecho del laicismo militante una de sus señas de identidad, hasta el extremo de que en el país que preside parece que no es progresista creer en algo, salvo que Obama diga lo contrario.
El pacifista Zapatero ha sido el primero en enviar más tropas a Afganistán y el agnóstico José Luis va a rezar en Washington el próximo día 4 de febrero.
Sin embargo de cara al consumo interno ZP y los suyos están vendiendo este encuentro de oración como si no lo fuese.
Hay que reconocer que el Presidente del gobierno es un artista en el arte de tergiversar las cosas, de contar milongas, de desdecirse de lo que ha afirmado unos minutos antes sin que le avergüence que le pillen una vez más en un renuncio y de llevar el agua a su molino.
Habría bastado, imagino yo, con que dijese algo tan natural como que ha aceptado la invitación para participar en el desayuno de oración de Washington donde, entre cuatro mil personas, estarán varios congresistas y el propio Obama, por educación y porque es una oportunidad para estar nuevamente con el Presidente de los Estados Unidos.
Sin embargo ha tenido que disfrazar su presencia en este acto bajo el palio de un evento laico y de alianza de civilizaciones, cuando los convocantes son una organización cristiana conservadora llamada Fellowship Foundation.
Los Estados pueden ser constitucionalmente laicos y sus dirigentes personalmente agnósticos, pero las sociedades tienen una historia, una tradición y una cultura que no se modifican simplemente por la voluntad de sus dirigentes o la entrada en vigor de unas disposiciones.
Tal vez la oración de Zapatero en Washington sirva para algo.

(D. Armario es escritor y periodista)