CONOCIDA LA IDENTIDAD DEL CASTELLANO MANCHEGO AFECTADO DE GRIPE PORCINA
Almansa.- Se llama Antonio Gil y tiene 23 años. Hace unos días regresó de un viaje de estudios a México e ignoraba que tendría el dudoso honor del ser el primer ciudadano europeo contagiado
oficialmente por la gripe porcina.
Ahora está aislado y sometido a un tratamiento para que supere el mal. Su familia y cuantos han tenido contacto con él desde su regreso reciben tratamiento preventivo.
También todas las personas del grupo con el que estuvo en México. Dos de ellas están en hospitales, una en Hellín y otra en Valencia.
Pero Gil ya no es el único en Europa con una gripe porcina diagnosticada. Desde el lunes hay al menos otros dos en el Reino Unido, según el Departamento de Salud britámoco que ha informado que los análisis hechos a dos pacientes escoceses han dado positivo.
Todos ellos habían estado de turismo en México y volvieron la semana pasada, cuando se conoció la virulencia con la que atacaba la epidemia. Terminaban así las últimas esperanzas de contener el virus al otro lado del Atlántico, para lo que se habían adoptado medidas estrictas en los aeropuertos.
Almansa.- Se llama Antonio Gil y tiene 23 años. Hace unos días regresó de un viaje de estudios a México e ignoraba que tendría el dudoso honor del ser el primer ciudadano europeo contagiado
oficialmente por la gripe porcina.Ahora está aislado y sometido a un tratamiento para que supere el mal. Su familia y cuantos han tenido contacto con él desde su regreso reciben tratamiento preventivo.
También todas las personas del grupo con el que estuvo en México. Dos de ellas están en hospitales, una en Hellín y otra en Valencia.
Pero Gil ya no es el único en Europa con una gripe porcina diagnosticada. Desde el lunes hay al menos otros dos en el Reino Unido, según el Departamento de Salud britámoco que ha informado que los análisis hechos a dos pacientes escoceses han dado positivo.
Todos ellos habían estado de turismo en México y volvieron la semana pasada, cuando se conoció la virulencia con la que atacaba la epidemia. Terminaban así las últimas esperanzas de contener el virus al otro lado del Atlántico, para lo que se habían adoptado medidas estrictas en los aeropuertos.
