jueves, 30 de abril de 2009

Editorial

Escalona, cero en medio ambiente

En los últimos días dos hechos penosos, vinculados al gamberreo tolerado en Escalona, han venido a arrojar nuevas sombras sobre el compromiso de quienes rigen el Municipio con el medio ambiente. Y también han puesto en cuestión la eficacia de las fuerzas de orden público.
Esta misma semana, las arboledas del río a la altura de Atajacadenas, sufrieron los efectos de un conato de incendio provocado por gamberros locales. Pero esto, con ser grave, nos parece menos que el segundo caso:
No hace muchos días, un grupo de jóvenes de Escalona –no echen la culpa a forasteros o gente de urbanizaciones- mataron a tiros con escopetillas a una de las cigüeñas que anidan en el Palacio, más en concreto en el Torreón de la Vela. Es probable que se trate de una hembra en plena incubación de sus huevos.
El cadáver es ahora perfectamente visible a pie de calle, incluso desde la nueva sede del Ayuntamiento, para vergüenza de la Villa y de sus ediles.
En 2008, ya se había permitido destruir un nido del Palacio porque aparentemente debía molestar a su dueña sobre uno los torreones. Sucedió también en época de cría, cuando las especies son más vulnerables. Nadie en Escalona -ni Ayuntamiento, ni Guardia Civil-, movió un dedo para impedirlo, pese a tratarse de una especie legalmente protegida.
Las cigüeñas son pacíficas y laboriosas aves que a nadie molestan y por el contrario hacen bien a las comunidades humanas ayudándoles a librarse de animales que pueden resultar dañinos, como ratas o culebras. Son además estéticamente admirables con sus vuelos aprovechando como nadie las corrientes para no consumir energía.
Por ello, los seres humanos les protegen desde tiempo inmemorial por casi todas partes y hasta en algunos sitios, como Alsacia, se las considera aves de la buena suerte. También cabe recordar el mito antiquísimo que las relaciona con los nacimientos. Sólo escogen para anidar, y además con una fidelidad de décadas, aquellos lugares donde no son maltratadas. En Italia hace años las cazaron sin misericordia y ahora lamentan que esas aves ya no emigran a amplias zonas de ese país.
En el polo opuesto están España, Portugal o Francia, donde en general son queridas y respetadas y por ello hay lugares, como Alfaro (en La Rioja) donde se cuentan por centenares y suponen un motivo de orgullo. También Extremadura presume de la abundancia de nidos de estas aves.
La cigüeña es, qué nadie lo dude, uno de los animales más emblemáticos de nuestra provincia y de nuestro país. Por ello es una especie para la que la Ley de Patrimonio Natural y la Biodiversidad establece un régimen de protección especial que, entre otras cosas, supone la prohibición de dañar, molestar, inquietar intencionadamente a los animales o destruir sus nidos.
Pero nada de eso parece interesar a los responsables en Escalona.
Ni en su día reprendieron a la dueña del Castillo, ni ahora han hecho el mínimo gesto para los que las tirotean y dan muerte. Por ello, Escalona figura ahora por méritos propios en el bando de los lugares que no respetan a las cigüeñas.
Que se sepa, a día de hoy ni Ayuntamiento ni Guardia Civil han movido un dedo para evitar la muerte de un hermoso ejemplar en época de cría y dentro de uno de sus nidos, curiosamente el más antiguo de todos. O para reprender de modo eficaz a los responsables. No hay noticia de que se ha hecho cualquier gestión para localizar a los causantes de ese crimen ecológico, pese a que fueron vistos por vecinos. Los culpables tienen nombres y apellidos. Pero hay que querer encontrarles y eso no parece que sea el caso.
El hecho es conocido ya por la organización Ecologistas en Acción y es de esperar que tome cartas en el asunto. No será la primera vez que se interese por los asuntos de Escalona. Las obras del campo de golf y los planes de la autopista de Maqueda a Ávila ya han motivado su intervención.
De momento, a Escalona le cabe la vergüenza. Y sobre todo a quienes debieran velar para que esas cosas no sucedan. Su nota, hasta que no demuestren algo más, es cero en defensa del medio ambiente.