miércoles, 18 de noviembre de 2009

Tribuna Libre

El secuestro del 'Alakrana'
Por Luís Batlló
En los manuales de "como no gestionar una crisis" debería aparecer como claro ejemplo el del secuestro del 'Alakrana', un buque que faenaba por las costas de Somalia, aprovechando que, al ser este un no-país, podía pescar atunes sin pagar ningún impuesto.Pero el patrón del barco, y sus tripulantes, conocían perfectamente el riesgo que corrían al estar en la zona prohibida dentro de la zona arriesgada, es decir, en la zona cero del riesgo. Téngase en cuenta que el barco en cuestión ya sufrió un intento de secuestro unos días antes, del que consiguió escapar por la mala mar que hacía, lo que impidió a las lanchas piratas el abordaje.Pero ocurrió lo que era previsible, que en el segundo intento de abordaje el barco tenía echadas las redes y además no hacía mala mar con lo que, esta vez sí, seis piratas – metralletas en mano – subieron al barco sin más problemas, empezando para los tripulantes un calvario que, a día de hoy, no ha terminado.A partir de aquí, la sucesión de hechos ha sido, en verdad, surrealista. En primer lugar, el Ministerio de Defensa se ocupó de negociar (¿Defensa negociando?) el rescate de los marineros y del buque. Pocos días después del secuestro nuestra fragata "Canarias" (que está en la zona para vigilar que no ocurran estas cosas) detuvo a una lancha con dos piratas que venían del barco y se dirigían a tierra.No hemos entendido nunca porqué, la misma fragata, no consiguió – en cambio – detener a muchos otros piratas que, una vez capturado el barco, llegaron al mismo desde de tierra para reforzar el secuestro con lo que, a los seis piratas del principio, se les sumaron veinticuatro más, haciendo inviable cualquier operación de rescate por la fuerza, ya que luego hubo en el buque tantos piratas como rehenes.El Juez Garzón aprovechó su día de guardia para decidir que los piratas detenidos fueran traídos a España (ahora, al parecer, esta decisión se tomó tras las insistencias de la Vicepresidenta del Gobierno…). Jurídicamente, se argumentaba que, al haberse cometido un delito en un buque español, éste había tenido lugar en "territorio" español y por lo tanto el Juez Garzón era competente para conocer del caso.Cuando los dos piratas llegaron a España declararon ante el Juez Pedraz (a quien tocó el conocimiento del caso, por reparto). Aquí empezó otro tremendo lío, al no tener claro dicho Juez que uno de los piratas (Willy) fuese mayor de edad, enviando al sujeto al Juez de Menores, quien no tuvo claro que fuera menor de edad, y por lo tanto lo volvió a enviar al Juez Pedraz. Cuando Willy estaba en manos del Juez Pedraz su condición era la de preso provisional, por ser mayor de edad, pero cuando Willy estaba en manos del Juez de menores, su condición era la de "detenido" en un centro de menores. Apareció entonces una figura jurídica nueva hasta ahora, la de la "detención técnica", que técnicamente es una detención y en realidad, pues también, sólo que más larga. A Willy le hicieron pruebas de mandíbula, de muñeca, le miraron por todos lados y al final se decidió que el chico es mayor de dieciocho años, por lo menos, y quedó definitivamente en manos del Juez Pedraz. Por cierto, que el chico se ha buscado un abogado privado, rechazando el de oficio, por lo que suponemos que debe tener algún buen contacto en algún lugar…Así van pasando los días, y parece que el rescate ya se ha pagado, como siempre por medio de unos impolutos abogados de Londres, quienes reciben el dinero, se quedan una parte y envían la otra a Somalia, donde se pierde para siempre su rastro.Por ello, parecía que la resolución del caso era cuestión de horas cuando, por sorpresa, los piratas reclamaron la devolución y entrega de los dos compañeros detenidos y presos en España. Como estos dos piratas están presos merced al "poder judicial" y el secuestro lo gestiona el "poder ejecutivo", el Gobierno ha estado intentando convencer a la Audiencia Nacional que invente algún sistema para devolver a los piratas a Somalia, lo cual no deja de ser curioso, si es cierta la noticia de que fue el mismo Gobierno quien insistió en que dichos piratas fueran traídos a nuestro país.Pero aquí tropezamos con la Ley, que debe ser igual para todos, y no cabe decretar un indulto sin que antes se haya celebrado, como mínimo, un juicio. Empieza así a discutirse un tratado de extradición con Somalia (como hemos dicho, un no-país), empieza también a discutirse si es posible la expulsión de los somalís, previo juicio rápido, y empieza a verse, en definitiva, que la idea de traer a estos dos sujetos no fue - desde luego - la adecuada.La gestión de la crisis pasa entonces de Defensa a Asuntos Exteriores, ya sea por razones de competencia objetiva, o por razones de competencia "subjetiva", aunque hemos visto hablar de este asunto a todo el mundo, desde la Ministra Elena Espinosa (que lo es de Medio Ambiente, Medio rural y Marino) hasta la mismísima Vicepresidenta Señora De la Vega, quien aun estando en Argentina no ha parado de tener conference calls con todas las partes involucradas. Zapatero apareció después de treinta y seis días desde el secuestro para, de forma pausada, señalar que estábamos ante un "tema delicado" y rogó "precaución", con lo cual no sabemos a quien debió reconfortar.Mientras, un grupo de madres y esposas de los marineros estuvieron realizando su particular vía crucis por todos los organismos públicos, poniendo a la opinión pública en contra del ejecutivo e intentando, por todos los medios, una pronta resolución del caso.Podemos entenderlo, después de saber que sus maridos o hijos estaban viviendo uno de los secuestros más duros que se han conocido, en medio de un calor abrasador, con piratas drogados que se dedicaban a pegar tiros al aire o a discutirse entre ellos. Y así durante cuarenta y siete días.Finalmente, el secuestro ha terminado de forma positiva, pero siempre quedará como ejemplo de descoordinación, falta de aplomo y errática estrategia por parte de quienes deben solucionarlo.
(Luis Batlló es abogado penalista)