lunes, 30 de noviembre de 2009

Cartas al Director

Problemas de la asistencia sanitaria

Desde hace tiempo algunos ciudadanos se quejan de deficiencias en el trato que reciben del personal de nuestro centro médico. Para no ser injusto es preciso reconocer que hay miembros de ese personal de quienes se dice que se desviven para ayudar al enfermo, pero también que parece haber otros cuya actuación pone en evidencia una menor sensibilidad ante el dolor ajeno.
Hay circunstancias que parecen poco acordes con los grandes logros que anuncian los responsables de los servicios regionales de salud. Quisiera mencionar dos o tres casos recientes que conozco por boca de los propios interesados:
Este verano una persona nacida en Escalona pero residente en Madrid, que está enferma crónica de diabetes, olvidó en la capital la insulina que tiene que inyectarse y acudió al Centro de Salud. Le sorprendió que en el servicio de urgencia dijesen carecer de esa sustancia para inyectársela mientras le traían la suya de Madrid y más aún que el médico que atendía el servicio alegase no estar autorizado para extender una receta a fin de que la pudiese obtener en una farmacia. Un diabético puede perder la vida si carece de insulina por lo que parece que ese debería ser un fármaco siempre disponible en un centro médico.
Más recientemente hemos conocido el caso de una persona en fase terminal de cáncer, que se ha desplazado a Escalona desde otra comunidad autónoma para recibir asistencia de sus ancianos padres, quienes tienen casa entre nosotros. Los familiares de esa misma persona han tenido que luchar durante días hasta conseguir que su pariente reciba la ayuda paliativa indispensable, con inexplicables dilaciones y hasta negativas, mientras la enferma padecía grandes dolores y molestias a veces insoportables.
El hecho de que proceda de otro lugar no debería haber sido obstáculo para que fuese ayudada con interés, porque ante todo se trata de un caso humanitario. En este tipo de circunstancias parece que debería pasarse por alto cualquier tipo de obstáculos burocráticos y dar paso a los sentimientos. El juramente hipocrático parece que incluye ese tipo de ideas. Por fin el tema se ha resuelto, o así parece, al cabo de unos días. Pero es posible que hubiese debido resolverse antes.
Tercer asunto: La dispensación de recetas a nuestros ancianos. El sistema establecido para que las personas reciban las prescripciones de sus médicos parece más orientado a crear innecesarias molestias a los enfermos que a resolver sus males, y de modo particular en el caso de los mayores. En virtud de las normas vigentes, las personas tienen que citarse un día para que se receten los fármacos y acudir a otra hora u otro día para que se le entreguen esas recetas. Si tenemos en cuenta la distancia que hay desde el centro de Escalona al Centro de Salud (qué decir de las urbanizaciones), deberíamos comprender lo que eso supone para las personas de edad, muchas de las cuales tienen movilidad limitada. En otros centros asistenciales esas normas hacen más fácil la obtención de sus tratamientos por los pacientes.
Lo malo es que mucha gente calla estas y otras deficiencias por temor a represalias y de esa manera los problemas se enquistan y encuentran difícil solución. Acaso las autoridades competentes deberían fijarse en esos problemas para tratar de resolverlos y que la sanidad pública tenga la buena imagen que todos desean.
Es posible que conviniese que los responsables a nivel regional, provincial y local se fijasen en el modelo que ya se aplica en otras comunidades autónomas (como Andalucía), por el que los enfermos crónicos tienen modernas tarjetas sanitarias en las que el médico puede anotar electrónicamente el tratamiento que reciben, de modo que los pacientes no precisan acudir a consulta más que de tanto en tanto y reciben las medicinas que precisan del farmacéutico, que puede consultar en esa tarjeta las necesidades del paciente y la frecuencia de medicación. Lo que vale en otro sitio y funciona bien, debería funcionar igualmente bien entre nosotros.

(L. Jiménez – Escalona)