martes, 3 de noviembre de 2009

Nota del Director

Los 16.000

Estimados lectores, una vez más este Director tiene obligación de ocupar esta tribuna para darles las gracias. Podríamos hacerlo a diario, porque ustedes lo merecen por tantas razones, sobre todo por su paciencia, atención y tesón.
Hemos elegido hacerlo de vez en cuando, cuando se rebasan lo que podríamos llamar hitos. En esta ocasion tengo el placer de anunciarles que han sido ya 16.000 las lecturas registradas, a una media entre 80 y 100 al día (algunas veces se pasa de 150), y de sitios tan distantes como la Argentina, Canadá o Bélgica, a tenor de los mensajes de estímulo recibidos. También de la propia Escalona y localidades limítrofes. Y por supuesto de provincias cercanas, como Madrid, Ávila o Cáceres.
Algunos pensarán que no es nada, pero ese número de visitas a nuestro modesto rincón para ver lo que les proponemos, es verdaderamente respetable si se tiene en cuenta el ámbito limitado al que va dedicado nuestro Correo. Otra cosa es que, por razones de diferente índole, nos sigan hasta del otro lado del charco. Ahí ya juegan otras razones, como la afectividad o vínculos pretéritos.
Estos mismos días hemos pasado, igualmente, de las 2.100 entradas, es decir, ese es el número de propuestas informativas, tanto gráficas como escritas, que hicimos llegar hasta ustedes. Pero lejos de la frialdad de los números, que tanto impresionan a otros, lo que más congratula a esta veterana tripulación es la cariñosa y cálida acogida que muchos de ustedes nos han tributado y manifestado con sus correos electrónicos. Hay días que leemos hasta 40.
Naturalmente ha habido de todo. También hubo quejas y hasta una fórmula mixta, que combinaba las palmadas en la espalda con la crítica. A todos ellos muchas gracias. Que no duden que con sus aportaciones nos ayudan a mejorar o al menos a intentarlo.
Una vez más manifestaremos desde aquí dos conceptos básicos: no mantenemos correspondencia a no ser en casos excepcionales. Tampoco aceptamos la difusión de cualquier escrito que contenga insultos o vejaciones y sobre todo que no vaya avalado debidamente por datos fidedignos de la persona que los remite. Comprobamos la identidad antes de dar cabida en nuestro digital a cualquier escrito. También exigimos unas mínimas normas de cortesía.
Por supuesto, el espacio está abierto a quien desee ejercitar la rectificación o la réplica. Pero para eso no vale un seudónimo. El uso de los mismos sólo es aceptado en el caso de columnistas ligados de alguna manera a El Correo, como es práctica tradicional en este oficio.
En las últimas semanas y meses hemos tratado de atender sus sugerencias en la medida de lo posible. A eso se debe el incremento de las entradas de opinión, tratando de cubrir un variado espectro de sensibilidades. También hemos tratado de ir incrementando los temas de cultura, pero sin duda van a ser más sin tardanza. Vamos a intentar captar, igualmente, un colaborador médico o vinculado al mundo de la salud para que se ocupe de dar consejos en esa materia y no limitarnos así a la frialdad de las noticias relacionadas con la sanidad.
Tengan en cuenta que la dificultad radica en el hecho de que este periódico carece de recursos y por tanto no puede abonar colaboración alguna. En El Correo de Escalona todos hacen sus colaboraciones por amor al arte. Lo que ven es fruto de la afición y también de la experiencia profesional.
No nos cabe duda de que nuestra presencia no es grata a todos. Hay demasiadas muestras de que a algunos les incomodamos. Ha habido por ahí algún comentario mal intencionado a alguno de nuestros colaboradores en el sentido de “ten cuidado con quién andas” o “sabrás que van a por ti”. Allá cada cual con su conciencia.
Desde esta Dirección entendemos que sólo se sienten incómodos quienes no gustan de la crítica y no comprenden que detrás de ella no hay otra cosa que interés por mejorar las cosas. Incluso cuando es equivocada, hay más lealtad en la crítica que en el aplauso incondicional carente de criterio. Pero para entender esas cosas se precisa un cierto grado de madurez.
Como se precisa esa misma madurez para descubrir que no hay nada que separe más a los individuos, tengan la ideología que tengan, que la intolerancia o la arrogancia. Y que en el diálogo es donde suele residir la razón. Por eso El Correo de Escalona, donde cada uno pensamos de un modo,
está abierto a la difusión de todo tipo de ideas u opiniones, siempre y cuando se haga con respeto, seriedad y solvencia. Y públicamente.

A.V.H René