viernes, 13 de noviembre de 2009

Tribuna Libre

El paro bumerán
Por Luis María Anson
EL think tank monclovita trabaja con avidez para convertir al paro que zarandea a Zapatero en un bumerán. El ejemplo de Felipe González no se olvida. No fue la corrupción galopante la que tumbó al líder socialista, sino el paro y la irritación de los desempleados y sus familias. En su madriguera monclovita, los zorros que asesoran al gran timonel estudian transformar el paro en un Per que garantice la recolección de votos en el huerto zapateresco. Naturalmente que eso es jugar con fuego. Pero la fortuna ampara a los audaces y en Moncloa los alabanceros comparan a Zapatero con Bismarck o Churchill. Leire Pajín, por ejemplo, cree que las cualidades políticas de Julio César o Richelieu empalidecerían ante el faro que enciende la Alianza de las Civilizaciones. Obama ha tenido la suerte de encontrar el espejo en el que puede reflejar el éxito de la negritud.
Los 420 euros a los parados que ven cómo concluye el subsidio del desempleo fueron la primera finta del think tank monclovita para instrumentar el paro y convertirlo en votos para Zapatero. Ahora el presidente circunflejo prepara una pirueta mucho más provechosa, con Cándido Méndez de acólito. Está claro, aunque no dispongamos de cifras precisas, que dos millones de parados cobran con una mano el subsidio de desempleo y con la otra el salario de trabajos clandestinos o suculentas chapuzas. Se trata de convertir en legal lo que es habitual. Se trata de que las empresas no reduzcan plantilla, que paguen menos por una teórica reducción de jornada y que el resto del salario lo sufrague el paro. Se trata de un Per sutil y eficaz para derivar los votos hacia quien otorgó la merced. Romero Robledo era una zapatilla rusa al lado del gran Zapatero. Nadie en la historia política de España ha sabido comprar votos con tanta eficacia como el presidente de las dádivas y las mercedes. El trato a la tercera edad, el cheque-bebé, el cheque-parturienta, el cheque-vivienda para los jóvenes, los 400 euros, el Per jugosísimo y la caravana incesante de los patrocinios, las subvenciones, las ayudas, las becas y las mamandurrias, amén la crecida incesante de funcionarios, han diseñado la política del socialismo real de Zapatero. El presidente aspira a que los ingresos de la mitad de los españoles dependan, directa o indirectamente, de su merced, como ocurrió con el PRI en México y estuvo a punto de pasar con el PNV en las provincias vascongadas y con el PSOE en el Gobierno de Andalucía.
Hace unos días ironicé sobre la ocurrencia zapatética de resolver el paro contratando a 3.000.000 de parados como asesores personales suyos. Se trataba de una caricatura, no de una broma. Rajoy y sus Sorayas ya se pueden poner a estudiar en serio la jugada que Zapatero prepara para convertir el paro en un bumerán a su favor.

(Luis María Anson es periodista, escritor y miembro de la Real Academia Española)