sábado, 14 de noviembre de 2009

Crónicas Bárbaras

Excomunión

Por Manuel Molares do Val
José Bono y los demás diputados católicos deberían temer el castigo divino tras votar a favor de la nueva ley socialista del aborto, lo que les obligará a no comulgar si obedecen la doctrina de su Iglesia.
Aparte de la respuesta de su conciencia, si el presidente del Parlamento fuera ateo no tendría por qué temer la censura espiritual que ahora lo situará permanentemente bajo pecado mortal y en peligro de ir al infierno.
Siendo la comunión un rito religioso, sorprende la enfurecida reacción de medios laicos, como El País, simultáneamente defensores del fundamentalismo musulmán: véase su apoyo a la abogada que exige llevar pañuelo islámico para defender a terroristas en la Audiencia Nacional.
Son medios que protestan porque el portavoz de la Conferencia Episcopal advierte que "Quien apoye, vote o promueva esa ley está en pecado mortal público y no puede ser admitido a la sagrada comunión".
Simplemente, dice que el catolicismo es como un club con sus reglas: un directivo del Barça no puede serlo del Real Madrid.
Hace muchos años, antes de excomulgar a los disidentes –condena peor que el tormento--, los enviaban a prisión para que, arrepintiéndose, evitaran el infierno.
Si eran contumaces, el Santo Oficio solía lograr con retoques físicos que abandonaran la heterodoxia.
Actualmente sólo practican la violencia religiosa los islamistas, con asesinatos sin procesos ni opción para el arrepentimiento. En poco tiempo exterminan más que en sus casi cuatro siglos la Inquisición española: 1.250 personas, según la Iglesia, 300.000, según la máxima estimación conocida.
Como ahora el catolicismo sólo aplica correctivos espirituales, sus creyentes pueden acatarlos sin dolor, aunque deben recordar que no pueden estar en misa y abortando.
Aunque Bono y demás cismáticos siempre encontrarán curas, también disidentes, que les permitirán comulgar píamente, además de con ruedas de molino legislativas.

(M. Molares do Val es escritor, periodista y capitán de la Marina Mercante)