Razones para el pesimismo
Por Diego Armario
Porque estamos informados hay razones para ser pesimistas.
Los optimistas son gente sin información o gente manipulada, o gente ingenua, en definitiva, lo
s optimistas son gente que cree en Zapatero y en los Reyes Magos porque están convencidos de que vivir subvencionado es una suerte de regalo providencial.
Los optimistas son gente que sabe que el pesimismo no crea empleo, que el pesimismo es antipatriótico y además están convencidos de que todo el mundo es bueno: todo el mundo menos los del PP.
En esto último no tienen razón aunque también existen razones para el pesimismo cada vez que se echa uno a la cara un telediario y ve cómo le crecen los enanos a Rajoy ya sea en Madrid, en Valencia y ahora en Baleares.
La extensión de la incompetencia sumada a la expansión de las irregularidades y a la ausencia absoluta de ejemplaridad alimenta esa sensación que conduce a la melancolía.
No creo que Obama nos saque de ésta pero entre lo que tenemos y la alternativa que se vislumbra deberíamos ponernos a rezar para que al menos no nos quedemos embarazados: un gobierno incompetente y nada fiable en cuanto a la utilización partidista que hace de los instrumentos del Estado, y frente a él una oposición cainita que no sabe gobernarse a sí misma y que administra mal los tiempos y la terapia para atajar sus crisis.
Sólo existen razones para la esperanza cuando uno ve que al menos en la llamada sociedad civil sí existe pulso, ganas de salir adelante y capacidad para el cabreo.
Lo peor de todo esto es que tanto el PSOE como el PP parecen justificar su acción política en la descalificación del contrario, y en la decisión de quedarse tuertos con tal de que el otro acabe ciego.
Nos merecemos mejor clase política, y un pacto sellado a sangre y fuego debería ser la garantía de que no habrá tolerancia con quienes golfeen a costa de los ciudadanos. Por cierto, cuando hablo de golfos, me refiero a los golfos de ambos partidos, aunque socialistas consigan que por ahora los suyos estén protegidos y no incomodados por los fiscales.
Porque estamos informados hay razones para ser pesimistas.
Los optimistas son gente sin información o gente manipulada, o gente ingenua, en definitiva, lo

Los optimistas son gente que sabe que el pesimismo no crea empleo, que el pesimismo es antipatriótico y además están convencidos de que todo el mundo es bueno: todo el mundo menos los del PP.
En esto último no tienen razón aunque también existen razones para el pesimismo cada vez que se echa uno a la cara un telediario y ve cómo le crecen los enanos a Rajoy ya sea en Madrid, en Valencia y ahora en Baleares.
La extensión de la incompetencia sumada a la expansión de las irregularidades y a la ausencia absoluta de ejemplaridad alimenta esa sensación que conduce a la melancolía.
No creo que Obama nos saque de ésta pero entre lo que tenemos y la alternativa que se vislumbra deberíamos ponernos a rezar para que al menos no nos quedemos embarazados: un gobierno incompetente y nada fiable en cuanto a la utilización partidista que hace de los instrumentos del Estado, y frente a él una oposición cainita que no sabe gobernarse a sí misma y que administra mal los tiempos y la terapia para atajar sus crisis.
Sólo existen razones para la esperanza cuando uno ve que al menos en la llamada sociedad civil sí existe pulso, ganas de salir adelante y capacidad para el cabreo.
Lo peor de todo esto es que tanto el PSOE como el PP parecen justificar su acción política en la descalificación del contrario, y en la decisión de quedarse tuertos con tal de que el otro acabe ciego.
Nos merecemos mejor clase política, y un pacto sellado a sangre y fuego debería ser la garantía de que no habrá tolerancia con quienes golfeen a costa de los ciudadanos. Por cierto, cuando hablo de golfos, me refiero a los golfos de ambos partidos, aunque socialistas consigan que por ahora los suyos estén protegidos y no incomodados por los fiscales.
(Diego Armario es periodista, escritor y ex director de RNE)