sábado, 24 de octubre de 2009

Editorial

¿Quién convence a Felipe González?

La Presidencia de la Unión Europea –si el polémico presidente checo Vaclav Klaus se aviene a aprobar el Tratado de Lisboa y desbloquear la situación- sigue sin un candidato adecuado eincluso con algunos que resultan sencillamente patéticos, como el laborista británico Tony Blair.
Tan preocupante resulta una Unión en manos de un mediocre como es Blair y de una Comisión bajo la tutela de otro, como es el caso de José Manuel Durao Barroso, que hasta los conservadores británicos señalan a un socialista español, Felipe González, como el personaje ideal para encabezar el futuro de la Europa unida.
El último en señalar a González ha sido una de las figuras emergentes del partido “tory”, el ex comisario europeo de Relaciones Exteriores y último gobernador de la colonia de Hong Kong Chris Patten. No ha dudado en decir del político español que es “un muy buen candidato”, dejando a un lado su pertenencia a un partido de ideología opuesta a la suya.
No es ni el primero, ni el último en señalar a Felipe González como el candidato ideal para presidir la Unión, porque seguramente es consciente de que quedan en Europa pocos políticos con la estatura de estadista y sobre todo de europeísta de González.
En cambio, Patten, que es rector en la actualidad de la prestigiosa Universidad de Oxford, no ha dudado en considerar que su compatriota Blair no es el hombre adecuado, haciendo notar que “sería paradójico ver presidiendo la UE a quien la dividió con motivo de la guerra de Irak”.
Más aún, aunque Patten no lo haya dicho, reunir al frente de la Unión a Blair y Barroso sería como premiar a dos de los comparsas de George Bush en esa guerra de la ilegalidad, que ha costado tantas muertes y tanto dolor en el mundo, además de la pérdida de muchísimos de los avances en materia de libertades públicas conseguidos a lo largo de siglos en el mundo occidental. Y muchas cosas más.
El mundo gracias a Bush, Blair, Aznar y Barroso (los de Las Azores) es un lugar mucho peor para vivir y otros que les han seguido, incluido Zapatero, se han prestado a reducir el alcance de las libertades ciudadanas en aras de la seguridad y la lucha contra el terror, y de ese modo han ayudado al triunfo indirecto de los asesinos fanáticos.
Por eso llamaría la atención muy mucho ver a Tony Blair presidiendo una Europa en la que nunca creyó y a la que traicionó para ver satisfecho al Bush más imperial y su corte de servidores, como Dick Cheney, representantes de lo más rancio del llamado complejo militar industrial.
Pero el problema es ver quién es el guapo que convence a Felipe González. Porque el sevillano ha repetido hasta la saciedad que no está disponible para presidir la UE. Y, según todos los indicios y el testimonio de personas muy cercanas al ex presidente que más años ha gobernado España en este período democrático, va a mantener ese criterio a no ser que ocurra una hecatombe.
Algunos piensan que a González no se le echa el guante para presidente europeo a no ser que el puesto se llene de contenido, porque no quiere ser una especie de “reina madre” sometida a los tiras y aflojas de políticos de segunda división, como los que hoy en día encabezan las naciones del Viejo Continente.
Muchos dedos señalan al propio Chris Patten como un excelente candidato, cuyo mayor inconveniente es que se ha mostrado claramente partidario de abrir las puertas a los turcos. El inglés ha ironizado al decir que "si me lo ofrecieran, estaría loco al decir que no".
Patten, que sería sin duda un excelente presidente europeo, también apuesta por el antiguo presidente finlandés y premio Nobel de la Paz Martti Ahtisaari. Las dotes de negociador del nórdico en las circunstancias y conflictos más peliagudos parecen confirmarle como un candidato de primera división. Pero la edad puede ser su mayor inconveniente.
En cambio, opinan muchos europeístas de pro, González acumula la experiencia del patricio, con una edad en la que aún puede brindar grandes servicios a una causa europea en la que hay pocos tan comprometidos desde hace décadas como él, hasta el punto de estar conduciendo el Comité de Sabios que discute los modos de dar nuevo brío a una Unión debilitada por el ingreso a trompicones de las antiguas naciones del bloque comunista, con diferentes niveles de renta y hasta de libertades. Y Felipe González es además de los que podríamos llamar "incontestables".
Por eso, parece preciso preguntarse una y otra vez: ¿Quién puede convencer a González?