jueves, 29 de octubre de 2009

Columnistas en El Correo

Llegará
Por Elvira Lindo
Todo lo malo de la televisión anglosajona llegará a España. El espectáculo consiste en que la tele entra en la vida de una familia de clase media baja con niños pequeños. Muestra cómo los niños son ingobernables, pegan a su madre, siguen durmiendo con chupetes a los seis años, gritan, ponen plátanos en los desagües del lavabo y abren el grifo, insultan y hacen que sus padres, un ama de casa y un soldado, se enfrenten, den órdenes contradictorias y asistamos al caos.
La familia, desesperada, llama al programa de la tele, un programa de nannies inglesas, que estudian el caso y seleccionan a una de las nannies para que actúe. La nanny seleccionada, con un traje entre de azafata y estricta gobernanta, con esa cara que tienen ciertas inglesas de no andarse con tonterías, se persona en el domicilio, y después de un día de atenta observación, humilla a los padres haciéndoles saber que tienen lo que se merecen, por imbéciles (completamente de acuerdo) y comienza a repartir órdenes tanto a padres como a niños.
El reality-show es tan de verdad que desde el sofá uno siente lo que tantas veces ha visto en casa de amigos: cómo la madre, sobreprotectora, deja que los niños se le suban a la chepa; cómo el padre es autoritario en el momento menos oportuno y en otros se lava las manos; cómo los niños se han convertido en monstruos agresivos, y cómo sus padres íntimamente los detestan.
Lo increíble del programa es querernos hacer creer que en una semana de estancia de la nanny la cosa se arregla; lo creíble es que hay familias en este mundo que llaman a la televisión para solucionar sus problemas y de paso convertirse en protagonistas fugaces de la cutre-realidad. La televisión muestra lo que somos, dicen los críticos.
No estaría tan de acuerdo, muestra cruelmente a esa clase media-baja, desesperanzada, cuya única ilusión en la vida es hacer el ridículo públicamente. La televisión les arrebata su dignidad, los exhibe desnudos, y consigue que un espectador que por azar pasó por ese canal zapeando, se quede enganchado durante una hora, por morbo. Por lo demás, siempre tiendo a pensar: esto a España no llegará, esto en España es imposible. Pero tantas veces desde que empecé a ver la tele americana hace quince años he tenido que tragarme esas palabras, que ahora estoy segura de que todo lo malo llega. Al tiempo.
(Elvira Lindo es escritora)