miércoles, 14 de octubre de 2009

Cartas al Director

Regenerar éticamente el país

Julián Pérez Ramírez
Sr. Director:
Digan lo que digan, el paro es responsabilidad de los empresarios más que de los trabajadores. Pero, como de costumbre, ellos siempre parecen estar por encima del bien y del mal. Y así nos va a todos.
Con pocas excepciones, hay una cultura (quizá no debiéramos llamarla así) empresarial y financiera basada en el beneficio rápido y exagerado (ladrillo), la comisión y la corruptela (llamese Gürtel o cualquier otro nombre) o la hecatombe (banca), más que en la innovación, la competitividad y la valoración del trabajador.
La solución, nos dicen, es la reducción de salarios y derechos de los trabajadores o millonarias subvenciones del Estado a fondo perdido, y no la innovación ni la creación de riqueza. En el fondo el Plan E y otras medidas vienen a demostrarlo.
Los políticos que defienden esa tesis creen en el beneficio puro y duro (neoliberalismo) y no en los derechos al trabajo, educación, sanidad y seguridad. La mayor parte de la jerarquía de la iglesia apoya el comportamiento antisocial de los dueños del dinero y crispa la convivencia oponiéndose a medidas que interesan a algunos derechos de las minorías.
El ambiente en el mundo laboral –que es responsabilidad del empresario- no puede ser peor e influye en la baja productividad del país pese a tener la jornada laboral más larga. Lo mismo sucede en la comunidad científica, siempre escasa de recursos para investigar en el desarrollo de nuestro porvenir.
Por todo eso, considero que España necesita una regeneración ética, política, empresarial, financiera y religiosa. O como mínimo, un verdadero debate público que llame a las cosas por su nombre y ponga a cada cual en su sitio. Pero claro, eso no interesa.