Las mañanitas
Por Pepito-grillo
Una famosa ranchera canta a las mañanitas que cantaba el rey David. Pobre hombre, seguro que no sabía
que acabaría siendo el “santo patrón” de los cantamañanas. ¡Y mira que abundan! Algunos se dan por mencionados y otros se hacen el “longuis”, pero no creo que tengan la menor duda de que cantar, cantan mañanas o mañanitas.
¡Fijaos si hay cantamañanas sueltos!
Un día votan una ley de aborto más que discutible incluso con los cambios obligados por las circunstancias. Y al día siguiente, los mismos o unos parecidos van a votar para que no haya más corridas de toros en Cataluña, dándole gusto a Carod Rovira y cuatro cachondos más.
Como ha dicho por ahí alguien que ahora no me recuerdo bien quién es, antes íbamos a Francia a ver “pelis verdes” o a jugar al casino, y ahora tendrán que ir los sufridos ciudadanos de Cataluña a ver toros. Porque Sarkozy lo tiene mucho más claro que el canta... de Zapatero.
O sea que por cuatro como Carod, los cantamañanas de turno pueden dejar sin tauromaquia a muchos miles. Pero por si no os habéis dado cuenta, el gato que se encierra en esto no es ni más ni menos que una vuelta de tuerca más a la falta de libertad, de libertad con mayúscula. Y también se le debe a ese independentismo hortera que piensa que tiene que rechazar los toros por que es la “fiesta nacional” y no nacionalista.
Porque vamos a ver ¿A quién se obliga a ir a los toros contra su voluntad? ¿A cuántos de esos que se oponen a las corridas les han llevado escoltados por la Guardia Civil? ¿Y por qué no legislar circos sin payasos? Esto último esta claro: se quedarían sin ocupación los que cargan contra las corridas y hablan de salvajismo.
Lo salvaje, lo auténticamente salvaje, es cargarse los toros, porque si hay algo que está muy arraigado entre nosotros, algo que, les guste o no, es parte de nuestra cultura, incluso de la catalana, es el toreo. Y si no que pregunten a los “catalanes” franceses por qué no renuncian a las corridas.
Hasta la fecha, que se sepa, los toros han inspirado a los poetas, los pintores, los escritores y han llenado nuestra lengua de imágenes y términos. ¿Cuántos pintores, poetas o escritores pueden exhibir los bobos antitaurinos? ¿Cuántas obras maestras se han inspirado en lo antitaurino?
Estos son como esos ecologistas que querrían devolvernos a las cavernas para que no usemos una serie de cosas que ha traído el progreso. Pero claro, ellos siguen viajando en coche, comprándose chupas de cuero y desde luego no se alimentan sólo de hojas de los árboles. También son como los que se empeñan en vendernos aire y hacernos creer que están arreglando los problemas de todos, cuando en realidad no parecen más que solucionar los suyos... La verdad sea dicha ¿quién será más cantamañanas, ellos o nosotros?
Por Pepito-grillo
Una famosa ranchera canta a las mañanitas que cantaba el rey David. Pobre hombre, seguro que no sabía

¡Fijaos si hay cantamañanas sueltos!
Un día votan una ley de aborto más que discutible incluso con los cambios obligados por las circunstancias. Y al día siguiente, los mismos o unos parecidos van a votar para que no haya más corridas de toros en Cataluña, dándole gusto a Carod Rovira y cuatro cachondos más.
Como ha dicho por ahí alguien que ahora no me recuerdo bien quién es, antes íbamos a Francia a ver “pelis verdes” o a jugar al casino, y ahora tendrán que ir los sufridos ciudadanos de Cataluña a ver toros. Porque Sarkozy lo tiene mucho más claro que el canta... de Zapatero.
O sea que por cuatro como Carod, los cantamañanas de turno pueden dejar sin tauromaquia a muchos miles. Pero por si no os habéis dado cuenta, el gato que se encierra en esto no es ni más ni menos que una vuelta de tuerca más a la falta de libertad, de libertad con mayúscula. Y también se le debe a ese independentismo hortera que piensa que tiene que rechazar los toros por que es la “fiesta nacional” y no nacionalista.
Porque vamos a ver ¿A quién se obliga a ir a los toros contra su voluntad? ¿A cuántos de esos que se oponen a las corridas les han llevado escoltados por la Guardia Civil? ¿Y por qué no legislar circos sin payasos? Esto último esta claro: se quedarían sin ocupación los que cargan contra las corridas y hablan de salvajismo.
Lo salvaje, lo auténticamente salvaje, es cargarse los toros, porque si hay algo que está muy arraigado entre nosotros, algo que, les guste o no, es parte de nuestra cultura, incluso de la catalana, es el toreo. Y si no que pregunten a los “catalanes” franceses por qué no renuncian a las corridas.
Hasta la fecha, que se sepa, los toros han inspirado a los poetas, los pintores, los escritores y han llenado nuestra lengua de imágenes y términos. ¿Cuántos pintores, poetas o escritores pueden exhibir los bobos antitaurinos? ¿Cuántas obras maestras se han inspirado en lo antitaurino?
Estos son como esos ecologistas que querrían devolvernos a las cavernas para que no usemos una serie de cosas que ha traído el progreso. Pero claro, ellos siguen viajando en coche, comprándose chupas de cuero y desde luego no se alimentan sólo de hojas de los árboles. También son como los que se empeñan en vendernos aire y hacernos creer que están arreglando los problemas de todos, cuando en realidad no parecen más que solucionar los suyos... La verdad sea dicha ¿quién será más cantamañanas, ellos o nosotros?