¡Felices Fiestas!
Estimados lectores:
Aunque la situación no da para grandes alegrías y vivimos seguramente una de las etapas más oscuras de las últimas décadas, El Correo de Escalona desea expresar a todos sus mejores deseos de Felicidad para estas fiestas familiares y, naturalmente, también para el Año Nuevo 2010.
Hacemos votos, junto a muchos de ustedes, para que el próximo sea un año en el que comencemos a dejar atrás estos penosos tiempos en los que el paro y otros graves efectos de la crisis económica arrojan un panorama poco gratificante en miles de hogares, también entre algunos de nosotros.
Pero igualmente los hacemos para que otros dolorosos y vergonzosos fenómenos, como la corrupción –ahí está el sondeo del CIS que coloca a nuestra clase política como tercer problema que más angustia a los ciudadanos-, el terrorismo y cuantos asuntos amargan el mazapán y los polvorones de los sufridos españolitos, comiencen a ser superados.
No estaría mal pedirle a los Reyes de Oriente que vengan cargados en esta ocasión con un horizonte más optimista para todos nosotros y que nos liberen de la pesada carga de la incompetencia, el rencor, el fraude y la insensatez. El sentido común, como habrán notado, no es un bien que abunde hoy por hoy en este mundo. Los resultados de Copenhague, por ejemplo, así lo indican. Pero también hay muchos casos más, algunos muy cercanos a nuestra existencia cotidiana.
No vamos a entrar en esta jornada de la Nochebuena en detalles penosos. Ésta es una noche de paz y de cariño, de encuentro familiar y de añoranza de los que nos han dejado. Pese a que cierta “modernidad” trata por todos los medios de desvirtuar el carácter de la Navidad, hay que recordar que conmemoramos el nacimiento de un hombre bueno, capaz de cambiar el mundo por la palabra, otro auténtico apóstol de la no violencia.
Para algunos se trataba del hijo de Dios hecho hombre. Para otros, simplemente de una figura histórica de primera magnitud, capaz de dejar su huella durante más de dos mil años. En cualquier caso, el hombre nacido en Belén, en esta fecha, fue modelo de tolerancia y de honradez, dos de las virtudes que menos abundan en estos días.
Les proponemos celebrar la Nochebuena y la Navidad lo mejor que puedan y les anunciamos que aquí seguiremos nosotros, agradecidos por su confianza.
El Editor