Aviso a los políticos
Nunca el Rey había sido tan claro y contundente en el inicio mismo de su tradicional mensaje navideño con la propuesta de tareas que considera fundamentales para el porvenir de España y de sus ciudadanos. Don Juan Carlos pide que se superen tensiones y divisiones sobre la base de los valores constitucionales, que se sumen voluntades en torno a los grandes temas de Estado y que se redoblen los esfuerzos para que España vuelva a crecer y crear empleo. Son tres tareas que se resumen en una muy concreta y dirigida especialmente al partido del Gobierno y al principal de la oposición: "Aplicar mucho sentido de Estado, tanto a la hora de gobernar, como de ejercer la oposición".
En esta ocasión, la anomalía democrática que suponía que la televisión pública vasca silenciara el discurso de felicitación del Monarca al conjunto de ciudadanos ha sido reparada. La jefatura del Estado es una realidad constitucional y quien ostenta su titularidad no puede ser marginado en ningún ámbito público, si no es mediante un acto de poder arbitrario y vulnerando la propia Constitución.
La explícita llamada del Rey al Gobierno y la oposición para que actúen con mayor sentido de Estado no ha podido ser más oportuna. La clase política ha pasado a convertirse en un problema -el tercero tras el paro y la crisis económica, según la última encuesta del CIS-, probablemente por su incapacidad para pactar soluciones sobre la crisis y por el oportunismo y populismo de que adolecen en ocasiones sus decisiones. La desafección y la desconfianza crecientes instaladas en la población sólo podrían atajarse si se aplica la receta propuesta por el Rey, tan necesaria cuando España tiene por delante importantes desafíos en materia económica y financiera, energética, medioambiental, educativa o tecnológica. El Gobierno y el Partido Popular tienen ocasión de demostrar el sentido de Estado que reclama el Rey en la puesta en marcha de un pacto educativo. Más claro no puede ser don Juan Carlos sobre la conveniencia de ese pacto. "Urge sellar un gran acuerdo en materia de educación", señala explícitamente.
La crisis económica, cuyos efectos sociales se han hecho sentir en 2009 de manera dolorosa en numerosas familias por la pérdida del puesto de trabajo de alguno o de todos sus miembros, preocupa especialmente al Rey. También aquí reclama acuerdos entre las fuerzas políticas, económicas y sociales, o sea mucho sentido de Estado en su actuación. Al referirse al terrorismo y a sus víctimas, don Juan Carlos hace una mención expresa a los tres cooperantes españoles secuestrados por Al Qaeda en Mauritania. "Exigimos su libertad" es el mensaje dirigido a sus secuestradores. A escasas fechas de que España asuma la presidencia semestral de la Unión Europea, el Rey no desaprovecha la ocasión de subrayar la importancia de la tarea para lograr la Europa unida que dibuja el Tratado de Lisboa.
En esta ocasión, la anomalía democrática que suponía que la televisión pública vasca silenciara el discurso de felicitación del Monarca al conjunto de ciudadanos ha sido reparada. La jefatura del Estado es una realidad constitucional y quien ostenta su titularidad no puede ser marginado en ningún ámbito público, si no es mediante un acto de poder arbitrario y vulnerando la propia Constitución.
La explícita llamada del Rey al Gobierno y la oposición para que actúen con mayor sentido de Estado no ha podido ser más oportuna. La clase política ha pasado a convertirse en un problema -el tercero tras el paro y la crisis económica, según la última encuesta del CIS-, probablemente por su incapacidad para pactar soluciones sobre la crisis y por el oportunismo y populismo de que adolecen en ocasiones sus decisiones. La desafección y la desconfianza crecientes instaladas en la población sólo podrían atajarse si se aplica la receta propuesta por el Rey, tan necesaria cuando España tiene por delante importantes desafíos en materia económica y financiera, energética, medioambiental, educativa o tecnológica. El Gobierno y el Partido Popular tienen ocasión de demostrar el sentido de Estado que reclama el Rey en la puesta en marcha de un pacto educativo. Más claro no puede ser don Juan Carlos sobre la conveniencia de ese pacto. "Urge sellar un gran acuerdo en materia de educación", señala explícitamente.
La crisis económica, cuyos efectos sociales se han hecho sentir en 2009 de manera dolorosa en numerosas familias por la pérdida del puesto de trabajo de alguno o de todos sus miembros, preocupa especialmente al Rey. También aquí reclama acuerdos entre las fuerzas políticas, económicas y sociales, o sea mucho sentido de Estado en su actuación. Al referirse al terrorismo y a sus víctimas, don Juan Carlos hace una mención expresa a los tres cooperantes españoles secuestrados por Al Qaeda en Mauritania. "Exigimos su libertad" es el mensaje dirigido a sus secuestradores. A escasas fechas de que España asuma la presidencia semestral de la Unión Europea, el Rey no desaprovecha la ocasión de subrayar la importancia de la tarea para lograr la Europa unida que dibuja el Tratado de Lisboa.
(Leído en El País de 26-12-2009)