miércoles, 30 de diciembre de 2009

Opinión

No es país para bromas
Por Diego Armario
Si los hermanos Cohen, Joel y Ethan, hiciesen una película sobre la España de hoy, le podrían como título, rememorando su éxito en el que Javier Bardem se hinchaba a matar viejos: ”No es país para bromas”.
La España de toros y pandereta, tan denostada por los tristes de Ezquerra Rep
ublicana, ha ido deviniendo en la de pocas risas y mala leche, y aunque hay quienes se divierten todo lo que pueden y mucho más, lo más frecuente es encontrar a gente que no está de humor para nada.
Tengo para mí que no es sólo la crisis económica y el paro lo que encabrona al personal, porque he constatado que incluso quienes tienen posibles y trabajo encuentran razones para sonreír menos y señalar con el dedo acusatorio a una parte de la sociedad con la que se sienten incompatibles.
No seré yo quien señale a nadie para hacerle responsable de este mal ambiente que circula a raudales por cualquier canal de comunicación, incluidas las encuestas, pero lo cierto es que no hay un tema sobre el que no exista división no ya de opiniones sino también de sensibilidad radical a favor o en contra.
España está posicionada en dos bandos que se empeñan en colisionar y enfrentarse tanto en temas menores como en otros de mayor cuantía.
El cine español, los sindicatos, la iglesia, el tabaco o el colesterol, pasando por el medio ambiente o el resultado electoral en los Estados Unidos, divide a los ciudadanos de este país. Por todo se discute y casi todo entristece. No hay manera de que la gente se tome a broma algo. Todo está ideologizado y ante la posición de unos está la postura irreconciliable de otros.
Tal vez por eso mereciese la pena que el día de los inocentes nos gastásemos alguna broma que rebajase la tensión del día a día.
La última que me han enviado tiene que ver con el Portal de Belén…Esteban, una mujer que da el perfil y el nivel de discusión que se lleva en estos tiempos.
(D. Armario es escritor, periodista y ex director de RNE)