¿De quién es el dinero público?
Por Diego Armario
Una ex ministra socialista dijo un día que el dinero público no era de nadie – y vive Dios que lo dijo convencida de que con él podía hacer lo que le viniese en gana – y otra que aún sigue siéndolo ha decidido mantener esa teoría y gastarse algo más de siete millones de euros en ayudar a unos cocineros vascos para que investiguen e innoven en el arte de las ciencias gastronómicas.
La ministra generosa es vasca y se llamar Garmendia, y los cocineros que van a recibir esta subvención por anticipado y sin necesidad de constituir garantía se llaman Arzak, Subijana y Arguiñano. Tres profesionales de prestigio que no están muertos de hambre ni tienen dificultades en sus negocios y que llevan innovando hace años sin necesidad de ayudas públicas.
En tiempos de crisis hay que actuar con criterio de eficiencia y ejemplaridad y la decisión de la ministra de Ciencia, Innovación y Tecnología, resulta como poco caprichosa e irresponsable.
Hay otras áreas de la investigación insuficientemente atendidas en España como para que se dedique esa cantidad, que es de todos, a ésta que siendo muy digna, es menos perentoria.
Es cierto que ese dinero –que algunos creen que no es de nadie– no podía dedicarlo el ministerio de Cristina Garmendia a dar de comer a los miles de hombres, mujeres y niños españoles e inmigrantes extranjeros que engrosan las filas de los Comedores de Cáritas, pero alguien debería tomar nota en el gobierno de que algunos regalos de Navidad provocan rechazo y cabreo entre el personal.
Existen otras muchas subvenciones que da el gobierno a organizaciones con las que tiene una mayor afinidad ideológica, que engrosan la lista de los millones de euros que se regalan a causas, posiblemente dignas, mientras que se desatienden otras a todas luces más justas.
Cuando un gobierno se cree que esta legitimado para hacer lo que le venga en gana puede acabar dando 800.000 euros a la mejora de los derechos sexuales reproductivos de Jinoteca (Nicaragua) 2.426.100 euros para el cine Iberoamericano, 28.810 euros para gays de Zimbabwe o 260.000 para los diputados dominicanos, por no citar otras ayudas que se han hecho públicas oficialmente.
Los últimos gobiernos de Felipe González murieron de éxito, el de Zapatero mucho me temo que va a fenecer por incompetencia en la gestión y por falta de ejemplaridad frente a la crisis.
(D. Armario es escritor, periodista y ex director de RNE)
Una ex ministra socialista dijo un día que el dinero público no era de nadie – y vive Dios que lo dijo convencida de que con él podía hacer lo que le viniese en gana – y otra que aún sigue siéndolo ha decidido mantener esa teoría y gastarse algo más de siete millones de euros en ayudar a unos cocineros vascos para que investiguen e innoven en el arte de las ciencias gastronómicas.
La ministra generosa es vasca y se llamar Garmendia, y los cocineros que van a recibir esta subvención por anticipado y sin necesidad de constituir garantía se llaman Arzak, Subijana y Arguiñano. Tres profesionales de prestigio que no están muertos de hambre ni tienen dificultades en sus negocios y que llevan innovando hace años sin necesidad de ayudas públicas.
En tiempos de crisis hay que actuar con criterio de eficiencia y ejemplaridad y la decisión de la ministra de Ciencia, Innovación y Tecnología, resulta como poco caprichosa e irresponsable.
Hay otras áreas de la investigación insuficientemente atendidas en España como para que se dedique esa cantidad, que es de todos, a ésta que siendo muy digna, es menos perentoria.
Es cierto que ese dinero –que algunos creen que no es de nadie– no podía dedicarlo el ministerio de Cristina Garmendia a dar de comer a los miles de hombres, mujeres y niños españoles e inmigrantes extranjeros que engrosan las filas de los Comedores de Cáritas, pero alguien debería tomar nota en el gobierno de que algunos regalos de Navidad provocan rechazo y cabreo entre el personal.
Existen otras muchas subvenciones que da el gobierno a organizaciones con las que tiene una mayor afinidad ideológica, que engrosan la lista de los millones de euros que se regalan a causas, posiblemente dignas, mientras que se desatienden otras a todas luces más justas.
Cuando un gobierno se cree que esta legitimado para hacer lo que le venga en gana puede acabar dando 800.000 euros a la mejora de los derechos sexuales reproductivos de Jinoteca (Nicaragua) 2.426.100 euros para el cine Iberoamericano, 28.810 euros para gays de Zimbabwe o 260.000 para los diputados dominicanos, por no citar otras ayudas que se han hecho públicas oficialmente.
Los últimos gobiernos de Felipe González murieron de éxito, el de Zapatero mucho me temo que va a fenecer por incompetencia en la gestión y por falta de ejemplaridad frente a la crisis.
(D. Armario es escritor, periodista y ex director de RNE)