Quieren controlarlo todo
Por Diego Armario
No se han enterado, viven en el pasado, en la política de la subvención permanente, en la exigencia de mantenerse protegidos o de proteger a los suyos, pero de la misma forma que a lo largo de los últimos años se han producido varias revoluciones y reconversiones, tanto en el ámbito industrial, como en el mundo de la cultura o en el espa
cio de la economía o la política, ya es hora de que algunos se enteren de que la era de Internet, que es la revolución más importante que ha tenido lugar en los dos últimos siglos, exige modificar planteamientos proteccionistas que son caducos.
Por Diego Armario
No se han enterado, viven en el pasado, en la política de la subvención permanente, en la exigencia de mantenerse protegidos o de proteger a los suyos, pero de la misma forma que a lo largo de los últimos años se han producido varias revoluciones y reconversiones, tanto en el ámbito industrial, como en el mundo de la cultura o en el espa

Internet es un campo sin puertas, un horizonte sin límites, una oportunidad democrática para compartir el conocimiento. Limitar el libre acceso a Internet es un tic totalitario que a veces se les escapa a quienes se declaran demócratas y eso es algo que tiene que ver con la política intervencionista de nuestro gobierno, que se vuelve loco de entusiasmo cada vez que reglamenta algún espacio de libertad.
El gobierno de Zapatero está empeñado en que nadie use demasiado Internet, nadie fume, nadie beba, nadie ponga la calefacción por encima de la temperatura indicada por el Ministerio de Industria, nadie pueda estudia en un colegio donde haya crucifijos y nadie tenga una razonable esperanza de encontrar un trabajo porque no hace nada eficaz para que ocurra.
Gobernar exige más imaginación y menos intervencionismo. La red debe tener reglas, pero reglas pactadas y que en ningún caso signifiquen un recorte de la libertad para compartir el conocimiento y la cultura. Algunos pretenden proteger a la industria en vez de proteger a los creadores.
Inventemos fórmulas y pongamos en práctica las que ya existen, pero no obliguemos a los usuarios de Internet a pasar por el aro de ser rehenes de una política comercial antigua, que como no ha sabido renovarse ni adaptarse a los nuevos tiempos que definen las nuevas tecnologías, pide ser protegida a cualquier precio.
El matrimonio entre el gobierno y la SGAE es un cáncer que ha hecho metástasis y no hay manera de que ni se cure ni se muera.
(Diego Armario es escritor, periodista y ex director de RNE)
(Diego Armario es escritor, periodista y ex director de RNE)