Si no la absorbe Caja Madrid o La Caixa, tendrá que ser liquidada
El Correo
Madrid.- Una vez pasado el shock inicial de la intervención de Caja Castilla-L
a Mancha (CCM) la gran pregunta que se plantea el sector financiero es qué se puede hacer con la caja que presidía Juan Pedro Hernández-Moltó. La solución es ciertamente difícil y los expertos sólo ven dos posibilidades: o bien la absorción por parte de una de las dos mayores cajas de España, o bien la venta de activos y posterior liquidación.Hay que recordar que en este caso no es factible repetir la jugada de Banesto, puesto que no estamos hablando de un banco que se puede vender en pública subasta (más o menos transparente) después de sanearse, sino de una caja de ahorros. Como es archiconocido, estas entidades no pueden ser adquiridas por un banco y sólo pueden fusionarse con otra caja. Lo cual significa que, si no se logra esa fusión, la única alternativa es trocear la caja, vender sus activos y cerrarla para siempre.¿Es factible una fusión? "Si Unicaja, que es una caja solvente, con afinidad política y proximidad territorial, ha salido corriendo y ha forzado la intervención, va a ser muy difícil que cualquier otra se quede con CCM", opina un experto. Otro añade que "las únicas entidades que pueden poner fin al drama con una absorción rápida serían La Caixa y Caja Madrid, no hay tiempo para buscar a nadie más".
Por otro lado, la entidad castellana es mucho más pequeña y fácil de absorber para las dos grandes que para Unicaja, por lo que sus exigencias de compensaciones al Gobierno podrían ser menores. Un analista opina que "la solución puede venir por el lado fiscal: si los interventores del Banco de España afloran las pérdidas reales de la entidad, la entidad que la absorba se apuntaría un importante crédito fiscal; dicho de otro modo, el Estado pagaría un 35% de la pérdida que se tenga que comer el comprador".
La teoría más extendida es que ahora viene un largo proceso de saneamiento de la entidad antes de poder colocársela a otra caja. Sin embargo, el tiempo juega en contra de CCM, porque los activos se degradan cada vez más; y no sólo los créditos de alto riesgo a ladrilleros, sino las múltiples participaciones directas en promociones y sociedades inmobiliarias a las que era tan aficionado Hernández-Moltó.
Por otro lado, fuentes cercanas al proceso afirman que "es muy difícil que el Banco de España se tire gestionando CCM dos o tres años, en los que tendría que despedir gente, cerrar oficinas o venderlas, ejecutar hipotecas morosas, negar créditos nuevos... no veo a unos inspectores haciendo todo es
o".
Además, el proceso de venta de activos tampoco se presenta nada fácil, aunque aquí los compradores sí puedan ser bancos: según distintas fuentes consultadas, la red de CCM es excesiva y poco rentable, hay muy pocos préstamos buenos en su cartera que puedan atraer el interés de un comprador, y los ladrillos ahora mismo son invendibles.
Ahora bien, aunque por tamaño podrían 'comerse' perfectamente a CCM, resulta muy difícil que una operación con una de las dos grandes llegue a buen puerto. Hay que recordar que la aragonesa Ibercaja también se escabulló a toda velocidad del intento de colocarle CCM tras encargar el famoso informe de PriceWaterhouseCoopers que cifra en 3.000 millones, como mínimo, el agujero patrimonial de la entidad manchega. Y en el horizonte no se atisba a nadie más con capacidad y posibilidades reales de rescatarla.Hay otra opción, pero mucho más remota: "Si el Gobierno quisiera reestructurar de verdad el sistema financiero, ésta es una gran oportunidad para iniciar la privatización de las cajas de ahorros siguiendo el modelo con el que Argentaria agrupó a la antigua banca pública", opina otro experto. Por tanto, salvo sorpresa, lo más probable es que CCM acabe desapareciendo. Y que los administradores nombrados por el Banco de España tengan como única tarea la venta de los activos de la entidad al mejor precio que puedan.
También merece reseñar que el Banco de España ha puesto al frente del equipo de administradores encargado de hacerse cargo de la gestión diaria de CCM, tras la destitución de su Consejo, al inspector Jorge Pérez-Cerdá Silvestre, el que fuera jefe del equipo de inspección que a primeros de noviembre pasado desembarcó en la entidad castellano manchega, y cuya cabeza pidió Juan Pedro Hernández Moltó al gobernador Miguel A. Fernández Ordóñez (MAFO), con la frase “quítame a este tío de aquí”.
Fernández Ordóñez se lo quitó. Pérez-Cerdá, en efecto, fue relevado al frente del equipo integrado por cinco inspectores que desembarcó en la entidad manchega en noviembre. El episodio pone en tela de juicio la actuación del Banco de España en la crisis de CCM, y en particular del gobernador, que en todo momento ha intentado evitar la intervención de la entidad y proteger a su presidente por razones puramente ideológicas.
Moltó se quejó amargamente ante Fernández Ordóñez de que la presencia de los inspectores causaba alarma entre la clientela y los propios empleados, con el consiguiente riesgo de que la noticia saltara a los medios y pudiera provocar una fuga de depósitos.
Según alguna fuentes, el equipo inspector no se resignaba, como habitualmente ocurre en inspecciones de trámite, a permanecer encerrado en un despacho pidiendo papeles a los responsables de la entidad, sino que se movía con total libertad por la casa, lo que causó la irritación de Moltó.
La inspección iniciada en noviembre era la segunda del año. En efecto, la primera había tenido lugar en el primer trimestre de 2008, aunque había tenido un carácter rutinario, siendo efectuada por una pareja de inspectores que trabajó a caballo entre Toledo y Madrid. El agravamiento de la situación de la entidad motivó la segunda inspección.

Por otro lado, la entidad castellana es mucho más pequeña y fácil de absorber para las dos grandes que para Unicaja, por lo que sus exigencias de compensaciones al Gobierno podrían ser menores. Un analista opina que "la solución puede venir por el lado fiscal: si los interventores del Banco de España afloran las pérdidas reales de la entidad, la entidad que la absorba se apuntaría un importante crédito fiscal; dicho de otro modo, el Estado pagaría un 35% de la pérdida que se tenga que comer el comprador".
La teoría más extendida es que ahora viene un largo proceso de saneamiento de la entidad antes de poder colocársela a otra caja. Sin embargo, el tiempo juega en contra de CCM, porque los activos se degradan cada vez más; y no sólo los créditos de alto riesgo a ladrilleros, sino las múltiples participaciones directas en promociones y sociedades inmobiliarias a las que era tan aficionado Hernández-Moltó.
Por otro lado, fuentes cercanas al proceso afirman que "es muy difícil que el Banco de España se tire gestionando CCM dos o tres años, en los que tendría que despedir gente, cerrar oficinas o venderlas, ejecutar hipotecas morosas, negar créditos nuevos... no veo a unos inspectores haciendo todo es

Además, el proceso de venta de activos tampoco se presenta nada fácil, aunque aquí los compradores sí puedan ser bancos: según distintas fuentes consultadas, la red de CCM es excesiva y poco rentable, hay muy pocos préstamos buenos en su cartera que puedan atraer el interés de un comprador, y los ladrillos ahora mismo son invendibles.
Ahora bien, aunque por tamaño podrían 'comerse' perfectamente a CCM, resulta muy difícil que una operación con una de las dos grandes llegue a buen puerto. Hay que recordar que la aragonesa Ibercaja también se escabulló a toda velocidad del intento de colocarle CCM tras encargar el famoso informe de PriceWaterhouseCoopers que cifra en 3.000 millones, como mínimo, el agujero patrimonial de la entidad manchega. Y en el horizonte no se atisba a nadie más con capacidad y posibilidades reales de rescatarla.Hay otra opción, pero mucho más remota: "Si el Gobierno quisiera reestructurar de verdad el sistema financiero, ésta es una gran oportunidad para iniciar la privatización de las cajas de ahorros siguiendo el modelo con el que Argentaria agrupó a la antigua banca pública", opina otro experto. Por tanto, salvo sorpresa, lo más probable es que CCM acabe desapareciendo. Y que los administradores nombrados por el Banco de España tengan como única tarea la venta de los activos de la entidad al mejor precio que puedan.
También merece reseñar que el Banco de España ha puesto al frente del equipo de administradores encargado de hacerse cargo de la gestión diaria de CCM, tras la destitución de su Consejo, al inspector Jorge Pérez-Cerdá Silvestre, el que fuera jefe del equipo de inspección que a primeros de noviembre pasado desembarcó en la entidad castellano manchega, y cuya cabeza pidió Juan Pedro Hernández Moltó al gobernador Miguel A. Fernández Ordóñez (MAFO), con la frase “quítame a este tío de aquí”.

Fernández Ordóñez se lo quitó. Pérez-Cerdá, en efecto, fue relevado al frente del equipo integrado por cinco inspectores que desembarcó en la entidad manchega en noviembre. El episodio pone en tela de juicio la actuación del Banco de España en la crisis de CCM, y en particular del gobernador, que en todo momento ha intentado evitar la intervención de la entidad y proteger a su presidente por razones puramente ideológicas.
Moltó se quejó amargamente ante Fernández Ordóñez de que la presencia de los inspectores causaba alarma entre la clientela y los propios empleados, con el consiguiente riesgo de que la noticia saltara a los medios y pudiera provocar una fuga de depósitos.
Según alguna fuentes, el equipo inspector no se resignaba, como habitualmente ocurre en inspecciones de trámite, a permanecer encerrado en un despacho pidiendo papeles a los responsables de la entidad, sino que se movía con total libertad por la casa, lo que causó la irritación de Moltó.
La inspección iniciada en noviembre era la segunda del año. En efecto, la primera había tenido lugar en el primer trimestre de 2008, aunque había tenido un carácter rutinario, siendo efectuada por una pareja de inspectores que trabajó a caballo entre Toledo y Madrid. El agravamiento de la situación de la entidad motivó la segunda inspección.