domingo, 20 de diciembre de 2009

Opinión

Esto es lo que hay señores
Por Perros y Gatos
Decían nuestras abuelas -¿o eran nuestros abuelos?- que un tonto es mucho más peligroso que un malvado. Y no les faltaba razón porque en un momento dado es previsible por dónde te va a salir el malo, pero no por dónde lo hará el tonto.
El problema se presenta como mucho más grave cuando el tonto es además malo.
Y ese es precisamente el gran problema que desde hace unos años tenemos por estos andurriales y que, al paso que vamos, va a dar al traste con logros de etapas anteriores y si les dejan hasta con la nación (algunos no dejamos de poner velas a San Roque y a la Purísima para ver si obran juntos un milagro).
Nos gobierna una pandilla difícil de calificar. Algunos dicen que de tontos, iletrados e incultos con un nivel de conocimiento que se acerca mucho al analfabetismo tal como lo define la UNESCO, pero que además hace gala de una catadura moral más próxima a la amoralidad que a la inmoralidad.
Y para probarlo ahí va algún ejemplo de los muchos, muchísimos, que se podrían poner. No hace falta más que mirar a la ministra de igualdad –sería más correcto decir de “igual da”- que nos obsequia con una “perla” incalificable y difícil de superar cuando se permite el lujo de afirmar que un feto de 13 semanas es un ser vivo pero no un ser humano.
Lo que no aclara es si ese ser vivo es planta o animal, porque una piedra no puede ser ya que las piedras no son seres vivos, aunque puede que esto también lo ignore esa señora o señorita, que “igual da”. Pero ello se queda tan fresca porque como dice el dicho, la ignorancia es muy atrevida. O como decía el Tío Vinagre, “la enducancia es mú endelenciana”, que sólo él sabía lo que significaba.
A estas alturas ya le han dicho en público y seguramente en privado (incluso algunos de su partido), que sus declaraciones son como mínimo gruesas. Pero a ella, para hacer bueno el chiste de su ministerio, le da igual (Igual da). Ya la ha soltado y el que venga atrás que arree. Total, no le van a quitar ni la cartera ni la poltrona de modo que lo mismo da que da lo mismo. Por no hablar de la tremenda inmoralidad que se esconde detrás de esas palabras y que revela que a ella –y a los que la rodean y jalean- la vida humana se la trae al pairo. O como dicen otros, floja.
Este es solo un ejemplo, porque podríamos citar docenas, empezando por los “concetos” (léase de Pepe Blanco el malo, porque el bueno era el cantante) y siguiendo por la “Maleni” –antes “partía que doblá”- a la que como premio a todos sus desmanes nos la “endiñan” en Europa a ver si nos arregla algo. Y si nos vamos más arriba, al jefe de filas de todos estos mangarranes”, lo de interferencia en la intimidad de una adolescente de 16 años es también para nota.
Pero no se le cae la cara al tío.
Al fin y al cabo, queridos todos, esto es lo que tenemos por obra y gracia de un cúmulo de circunstancias desdichadas que esta vez no vamos a analizar. Y por algo que cada vez parece más claro: los “jefazos sociatas” son muy listos –que como todo el mundo sabe no es lo mismo que inteligentes- y sobre todo unos maestros en el arte de la propaganda y hacen bueno por todos lados aquello de que una mentira repetida mil veces….
Tanto es así que algunos, que han dado lecciones magistrales de corrupción, no se cortan un pelo y se rasgan las vestiduras por los desmanes de otros. Pero lo dicho, esto es lo que tenemos y a apechugar hasta que se nos caiga a la mayoría la venda de los ojos. Aunque eso es difícil mientras vayamos de ilusos por la vida. ¡A ver si aprendemos de una vez, coño! (¡Ah y verán que pronto nos ponen a caer de un borrico los de siempre en el estercolero que les es habitual! ¡Hay que defender las habichuelas!)
¿No les parece? Hasta la próxima.