Cae la inmigración a cotas mínimas
Madrid.- Para los inmigrantes, España era hasta hace dos años una especie de Eldorado. Pero ahora, son pocos los que vienen y cada vez más los que piensan en irse, según admiten las asociaciones de los propios inmigrantes.
Todos los datos llevan a la misma conclusión. Para muchos de esos inmigrantes extranjeros ha dejado de merecer la pena dejar su país para venir a otro en crisis.
Las cifras indican que se han frenado las llegadas por cualquier sistema. En los peligrosos cayucos son un 40% menos en los siete primeros meses de 2009, y acogiéndose a la reagr
upación familiar y por contratación en origen sucede otro tanto.
También aumentan casi un 50 por ciento los regresos, a tenor de las matriculaciones de escolares extranjeros. Algunos dirigentes de asociaciones de inmigrantes explican que a finales del curso pasado muchas familias sacaron a sus niños del colegio para enviarlos de regreso a casa porque sabían que no podían hacer frente a los gastos.
Además, muchos de esos inmigrantes ya no cobran el desempleo y han perdido sus casas a favor de la banca al no poder pagar las hipotecas. Muchos de los que aún viven en España subsisten en albergues y alimentándose en comedores sociales. Caritas, que es quien mayor asistencia presta sabe que están desesperados. Para agravar más el asunto al perder sus trabajos, muchos han perdido la residencia y se han convertido en inmigrantes irregulares.
También se ha reducido de forma drástica la contratación en origen. Hasta el 30 de junio, los inmigrantes llegados por esa modalidad sumaban 8. En 2008 habían sido 1.380.
También se sabe que muchos marroquíes han optado por regresar a su país a la espera de mejores tiempos, pero sin acogerse al plan de retorno del Gobierno, que les obligaría a renunciar a sus papeles. "Ha sido un retorno puntual, silencioso, pero no definitivo. España les dio mucho trabajo y esperan que vuelva a dárselo, pero no están dispuestos a renunciar a su tarjeta de residencia, por eso no se han acogido al plan de retorno del Gobierno", dice un dirigente de de la asociación marroquí Atime.
Todos los datos llevan a la misma conclusión. Para muchos de esos inmigrantes extranjeros ha dejado de merecer la pena dejar su país para venir a otro en crisis.
Las cifras indican que se han frenado las llegadas por cualquier sistema. En los peligrosos cayucos son un 40% menos en los siete primeros meses de 2009, y acogiéndose a la reagr

También aumentan casi un 50 por ciento los regresos, a tenor de las matriculaciones de escolares extranjeros. Algunos dirigentes de asociaciones de inmigrantes explican que a finales del curso pasado muchas familias sacaron a sus niños del colegio para enviarlos de regreso a casa porque sabían que no podían hacer frente a los gastos.
Además, muchos de esos inmigrantes ya no cobran el desempleo y han perdido sus casas a favor de la banca al no poder pagar las hipotecas. Muchos de los que aún viven en España subsisten en albergues y alimentándose en comedores sociales. Caritas, que es quien mayor asistencia presta sabe que están desesperados. Para agravar más el asunto al perder sus trabajos, muchos han perdido la residencia y se han convertido en inmigrantes irregulares.
También se ha reducido de forma drástica la contratación en origen. Hasta el 30 de junio, los inmigrantes llegados por esa modalidad sumaban 8. En 2008 habían sido 1.380.
También se sabe que muchos marroquíes han optado por regresar a su país a la espera de mejores tiempos, pero sin acogerse al plan de retorno del Gobierno, que les obligaría a renunciar a sus papeles. "Ha sido un retorno puntual, silencioso, pero no definitivo. España les dio mucho trabajo y esperan que vuelva a dárselo, pero no están dispuestos a renunciar a su tarjeta de residencia, por eso no se han acogido al plan de retorno del Gobierno", dice un dirigente de de la asociación marroquí Atime.