viernes, 25 de septiembre de 2009

Opinión

Polémica insensata o política insensata
Por M. Ruiz, “Pepitogrillo”
¡Cuánto desatino! ¡Cuánta incongruencia nos espera por parte de José Luis Rodríguez Zapatero y su política de la insensatez!
Nos hemos desayunado hoy con una polémica surrealista.
Zapatero se ha llevado a la familia de excursión a los Estados Unidos de América, en un avión que pagamos todos y en hoteles que nos cuestan dinero y que pagaremos con las subidas de impuestos. En tiempos de estrecheces y apuros para tantas familias, los inquilinos de La Moncloa se regalan viajes a costa de todos. Y encima para hacer el indio.
La familia del presidente se ha ido de viaje -¡mira tú que gracia!- porque las nenas de los Zapatero querían conocer a Obama, a quien tanto admiran.
Si no fuese suficiente motivo de alarma que se gasten una pasta en plena recesión o crisis o como lo quieran llamar, tendríamos que espantarnos por otras circunstancias de esta nueva broma de nuestro preclaro líder.
Resulta que desde el próximo lunes, las niñas de Zapatero no precisan receta para comprarse unas pildoritas del día después. Resulta que, si se imponen los criterios de papá y sus ministros, las mismas crías ni siquiera tendrán que comentar con él que van a hacerse un aborto en caso de desliz.
Pero mira tú, y ahí está lo contradictorio, que para publicar las fotos de esas jovencitas, en un lugar tan público como el Metropolitan neoyorquino y en una compañía tan notoria como la de Obama y señora, sí que cuenta la opinión de papá Zapatero, en su afán por proteger su imagen.
Lo suyo sería que alguien llevase reflexiones como ésta a D. José Luis y Dña. Sonsoles. Porque tiene miga que todo el poder del matrimonio sirva para levantar fotos de la página oficial de la Casa Blanca a capricho de los de La Moncloa, mientras para cosas más serias, muchos padres españoles pierden su derecho de ayudar a sus hijos por el poco sentido común de los anteriores.
Tiene coña marinera que los hijos o hijas tengan que pedir permiso paterno para irse de excursión con los colegas del instituto y no para irse a una clínica especializada a practicarse una interrupción voluntaria de embarazo o un legrado.
Pero tiene más morbo que Sonsoles Espinosa si esté disponible para la foto con las niñas y los Obama, y no para la cena de Estado ofrecida por el matrimonio presidencial norteamericano a los mandatarios llegados para la reunión del G 20, con sus respectivas señoras. ¿O es qué no podía dejar solitas a las nenas?
El mandato de Zapatero empieza a recordar de algún modo a los últimos años de Aznar en Moncloa. Cierto es que el presidente español aún no ha llegado a lo de casar a una de las niñas en El Escorial. Ni siquiera tienen edad. Pero esto de imponer sus gustos hasta en Estados Unidos empieza a recordar ya a aquellas “travesuras” de su predecesor.
Porque representar a España exige un poquito más de seriedad y también de austeridad, una palabra que parecen tener proscrita los políticos españoles en su vocabulario. Y si quieren que las niñas no salgan en los “cromos”, pues que no las exhiban por ahí con cargo al erario público.