lunes, 28 de septiembre de 2009

Tribuna Libre

Maltrato animal

Por A. Pérez Argüelles
PSOE y PP votan en el mismo sentido para rechazar la moción que pretendía penalizar, no suprimir, las fiestas en las que se produce maltrato animal.
Sorprende que todavía no se hallan desterrado estas formas de diversión que denigran a quienes las practican y a aquellos que, pudiéndolas prohibir, las permiten. Sorprende el resultado de la votación, pero no tanto.
Ningún partido político ha tenido jamás voluntad alguna de cambiar esta situación, por temor a una pérdida de votos. La relación, la consideración y el trato que una parte de los ciudadanos de este país manifiestan hacia los animales es algo que merecería la atención de los políticos, al igual que la merecen la violencia de género, la violencia en las aulas, la violencia en las fiestas populares, etcétera.
El salvajismo y la crueldad en las fiestas populares se fomentan desde los ayuntamientos con la excusa de la tradición. Estos mismos subvencionan espectáculos, disfrazados de acontecimientos artísticos, tan brutales y anacrónicos como las corridas de toros, que sin dichas ayudas públicas languidecerían y acabarían por desaparecer.
Los gobiernos, estatales, autonómicos y municipales, tienen la inexcusable obligación de tomar decisiones que acaben con estas prácticas de violencia gratuita. Un partido progresista, como así se define el PSOE, no puede estar de brazos cruzados.
Este país necesita algo más que un cambio del modelo productivo: necesita un cambio en la sensibilidad de muchos de sus ciudadanos.