sábado, 5 de septiembre de 2009

Con pluma ajena

La boda de Cospedal

Por Marcello

Se nos casa María Dolores de Cospedal con Ignacio López del Hierro en la imperial ciudad de Toledo, y al cateto del presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José María Barreda, no se le ha ocurrido mejor cosa que la de convocar a los pocos días de la ceremonia el debate parlamentario regional, como si no tuviera otra fecha a lo largo de todo el otoño para semejante y "trascendental" cita. De lo que se deduce que semejante decisión la tomó con el objetivo de molestar a su adversaria política en sus celebraciones, dando Barreda una imagen de falta de cortesía y cierta mezquindad -¿se imaginan que Bono hubiera hecho algo así?- que, en definitiva, calibra su altura y liderazgo políticos.

En fin, este amargo regalo de boda de Barreda a Cospedal le va a costar muy caro al presidente manchego, que está de capa caída con el deterioro económico y social de la región, la crisis de Caja Castilla La Mancha, el incendio de Guadalajara y su escaso liderazgo en imagen y proyectos. Así como sus idas y venidas en la redacción del nuevo Estatuto manchego que no ha sabido equilibrar ni consensuar, intentando llevar el agua del Tajo a su molino electoral en menoscabo de la solidaridad entre regiones y pueblos de España, algo que debería ser muy propio de los partidos de la izquierda y que tiene mucho que ver con la generosidad y el quijotismo de las tierras de La Mancha.

El Pepe María Barreda no le llega a los talones a Pepe Bono, quien, desde su particular atalaya del Congreso de los Diputados, se preguntará más de una vez si debió abandonar el reinado de su ínsula por los oropeles fallidos de la Corte de Madrid, por más que luciera los galones del generalato o que se siente en el más alto sillón del Parlamento, como consecuencia de esa patada hacia arriba que le dio Zapatero para sacarlo del Gobierno, una vez que Bono, patriota y católico español, se opuso a los disparates del Estatuto catalán.

Pero por más que Bono añore Toledo como por Granada lloraba Boabdil, lo cierto es que su vacío de liderazgo y de poder no lo ha llenado Barreda, y al acecho de la presidencia manchega está atenta la señora Cospedal, que se ha casado por lo civil, es madre soltera y no suele dar ni un solo paso hacia atrás, como se acaba de demostrar. Aunque para ganar la gran batalla de La Mancha Cospedal tiene que reconquistar Toledo, la ciudad imperial que en su día despilfarró el perdedor Molina, tirando por la borda la que era una herencia política segura del PP, por lo que Cospedal deberá dar con el nombre y la figura de un nuevo alcalde de prestigio para Toledo si quiere triunfar en toda la Comunidad.

E hilar muy fino en sus proyectos de relanzamientos económico y social de esta parte de Castilla abandonada de la mano de Dios y del Gobierno, y que los expansionistas socialistas andaluces quieren financieramente colonizar con la fusión de la Caja manchega, cuyo único futuro natural, si no consigue permanecer sola, no es otro que Caja Madrid.

O sea, que se nos casa la Cospedal, con un fino estilista de la política y del mundo empresarial, y que si las cosas siguen así acabará por presidir la Junta de Castilla-La Mancha, haciendo el camino inverso de Bono porque ella, en ese caso, dejará una posición de fuerza y de poderío en Madrid. Y lo de Barreda, ante la boda, muy mal. Otro tropiezo en su imparable caída por esa moderna y empinada escalera de Toledo que une la vega del Tajo con el corazón dorado de la ciudad.

(Leido en la Estrella Digital de 4-09-2009)