miércoles, 29 de junio de 2011

Noticias Regionales

La suspensión del AVE Toledo-Cuenca-Albacete crea malestar


Toledo.- La supresión desde el 1 de julio de la línea regional de ferrocarril de alta velocidad Toledo-Cuenca-Albacete, ha causado malestar en las capitales regionales. RENFE anunció el cese de esa línea porque los trenes tenían una media de 9 pasajeros.
El alcalde de la capital conquense, Juan Ávila, solicitó una reunión con la consejera de Fomento de la Junta, Marta García de la Calzada, para tratar este y otros asuntos de su departamento.
El regidor conquense ha pedido en una carta una reunión con la responsable de transportes en Castilla-La Mancha con la intención de trazar una estrategia común para lograr que se preste el mejor servicio a los ciudadanos.
Según el portavoz municipal, el anuncio de Renfe de suprimir la línea de AVE regional a partir del próximo viernes, afecta a otras dos ciudades de la región, «por lo que procede que Ayuntamiento y Junta de Comunidades vayan de la mano». Este asunto también será abordado en la reunión que tiene pendiente el alcalde con el ministro de Fomento, José Blanco, una cita para la que todavía no hay una fecha determinada.
Así las cosas, desde el grupo municipal popular ya han pedido al nuevo alcalde que se ponga «el mono de trabajo» y «luche por las comunicaciones de Cuenca mediante el AVE». A su juicio, con la eliminación de esta conexión ha quedado demostrado que el AVE Toledo-Cuenca-Albacete era solo un reclamo electoral del ex presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda y la utilización puramente partidista que los dirigentes socialistas han venido practicando desde las instituciones. En este sentido, ha indicado que su supresión llega en el mismo día en el que tomaron posesión de sus cargos los nuevos consejeros del Gobierno de Cospedal.
El portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, dijo que era una «mala noticia para la vertebración regional», al tiempo que defendió que la rentabilidad de las infraestructuras «no tiene por qué ser económica».