Democracia Real Ya avergüenza al alcalde de Mollet tras subirse el sueldo hasta 65.000 euros
Por Elena Pizarro
Barcelona.- Casi dos kilómetros persiguieron unos 300 seguidores del movimiento Democracia Real Ya al alcalde socialista de Mollet del Vallès, Josep Monràs, increpánd
ole e insultándole a la salida del pleno municipal en el que se subió el sueldo de unos 59.000 euros a 65.000.
Los “indignados” reclamaban su dimisión mientras se dirigía a pie a un centro cívico local, rodeado de policías, mientras aguantaba el chaparrón con gesto impasible. Previamente, el pleno municipal había ratificado el salario del alcalde en 65.000 euros anuales, seis mil más que los que cobró el pasado año.
Barcelona.- Casi dos kilómetros persiguieron unos 300 seguidores del movimiento Democracia Real Ya al alcalde socialista de Mollet del Vallès, Josep Monràs, increpánd
ole e insultándole a la salida del pleno municipal en el que se subió el sueldo de unos 59.000 euros a 65.000.Los “indignados” reclamaban su dimisión mientras se dirigía a pie a un centro cívico local, rodeado de policías, mientras aguantaba el chaparrón con gesto impasible. Previamente, el pleno municipal había ratificado el salario del alcalde en 65.000 euros anuales, seis mil más que los que cobró el pasado año.
Con los cuatro votos de CiU, principal grupo de la oposición, el actual equipo de gobierno del PSC ha aprobado en el pleno que la retribución del alcalde será de 65.000 euros anuales, mientras que las de regidor coordinador y concejal a tiempo completo se situarán en los 44.000 y 53.000 euros respectivamente.Pese a todo, las cifras suponen una marcha atrás del primer edil, ya que la pretensión inicial era subirse el sueldo un 32%, hasta los 78.325 euros anuales.
Monràs, que hasta el martes defendía que su nuevo salario era "el que toca", rectificó ayer. Los nuevos sueldos fueron aprobados por PSC y CiU. El PP, que iba a aprobar la subida, cambió de posición en el último momento y se abstuvo, como hizo ERC. Sólo ICV-EUiA votó en contra.
El acuerdo también incluye una asignación de 18.000 euros anuales para los portavoces de los cuatro grupo de la oposición, que también cobrarán 3.475 euros por partido y 400 euros por concejal.
En defensa de sus pretensiones, el alcalde dijo que durante el mandato pasado no cobró "ni un euro" del erario municipal. Pero no mencionó que había optado por los 83.000 euros anuales como titular de Deportes de la Diputación de Barcelona.
Monràs, que hasta el martes defendía que su nuevo salario era "el que toca", rectificó ayer. Los nuevos sueldos fueron aprobados por PSC y CiU. El PP, que iba a aprobar la subida, cambió de posición en el último momento y se abstuvo, como hizo ERC. Sólo ICV-EUiA votó en contra.
El acuerdo también incluye una asignación de 18.000 euros anuales para los portavoces de los cuatro grupo de la oposición, que también cobrarán 3.475 euros por partido y 400 euros por concejal.
En defensa de sus pretensiones, el alcalde dijo que durante el mandato pasado no cobró "ni un euro" del erario municipal. Pero no mencionó que había optado por los 83.000 euros anuales como titular de Deportes de la Diputación de Barcelona.
El sueldo de Monràs superará al de alcaldes de capital de provincia, como el de Tarragona, que cobra 64.000 euros. El de Lleida ingresa 70.000 euros. El nuevo gobierno de Girona se constituirá el 1 de julio y la alcaldesa en funciones cobra 58.400 euros.
Al pleno asistió una veintena de indignados que, con narices de payaso, mostraron pancartas donde se podía leer: "Vuestro sueldo lo negocia el pueblo". Los indignados increparon en varios momentos a los políticos.
Los indignados habían convocado una asamblea y una concentración ante las puertas del Ayuntamiento, donde están acampados desde hace semanas. Los concentrados leyeron un manifiesto en que calificaron de "vergüenza" y "burla" la subida de sueldo de los cargos públicos.
Pero no todos los indignados concentrados ayer pertenecían al Movimiento 15-M. Roser, de 52 años, se confesaba votante de ERC y se mostraba disconforme con la abstención de los republicanos. "¡Que me devuelvan mi voto!", gritaba. "Me han decepcionado", añadía.
Tam
bién se lamentaba Teresa, jubilada de 65 años, que tiene la pensión congelada y pide un "gesto" a los políticos en forma de descenso de sueldos y un "cambio en la forma de hacer política". Daniel Álvarez, de 26 años, afirmaba que el aumento de salarios es una "forma de despotismo y un comportamiento antisocial". Julio López, de 62 años, aseguraba que "nunca había visto una vergüenza tan grande" en Mollet.
Al final del pleno, los indignados, formando un pasillo ante la puerta del Consistorio, organizaron una sonora protesta para despedir a golpe de tambor a los concejales. La peor parte se la llevó el alcalde, que salió protegido por la policía municipal, pero no se libró de ser increpado. Los indignados siguieron a Monràs casi media hora durante los dos kilómetros que recorrió a pie hasta un centro cívico.
Al pleno asistió una veintena de indignados que, con narices de payaso, mostraron pancartas donde se podía leer: "Vuestro sueldo lo negocia el pueblo". Los indignados increparon en varios momentos a los políticos.
Los indignados habían convocado una asamblea y una concentración ante las puertas del Ayuntamiento, donde están acampados desde hace semanas. Los concentrados leyeron un manifiesto en que calificaron de "vergüenza" y "burla" la subida de sueldo de los cargos públicos.
Pero no todos los indignados concentrados ayer pertenecían al Movimiento 15-M. Roser, de 52 años, se confesaba votante de ERC y se mostraba disconforme con la abstención de los republicanos. "¡Que me devuelvan mi voto!", gritaba. "Me han decepcionado", añadía.
Tam
bién se lamentaba Teresa, jubilada de 65 años, que tiene la pensión congelada y pide un "gesto" a los políticos en forma de descenso de sueldos y un "cambio en la forma de hacer política". Daniel Álvarez, de 26 años, afirmaba que el aumento de salarios es una "forma de despotismo y un comportamiento antisocial". Julio López, de 62 años, aseguraba que "nunca había visto una vergüenza tan grande" en Mollet.Al final del pleno, los indignados, formando un pasillo ante la puerta del Consistorio, organizaron una sonora protesta para despedir a golpe de tambor a los concejales. La peor parte se la llevó el alcalde, que salió protegido por la policía municipal, pero no se libró de ser increpado. Los indignados siguieron a Monràs casi media hora durante los dos kilómetros que recorrió a pie hasta un centro cívico.
