Siguen insistiendo los amigos del anonimato en tratar de llevar sus mensajes de la cobardía y la mediocridad a nuestras páginas. Si en otra ocasión fue un ardoroso partidario de la izquierda representada por el Alcalde, en esta lo es uno de la derecha, empeñado en ampararse en el anónimo para mofarse de Sergio Gutiérrez Prieto, concejal y hermano del primer edil.
No necesita Sergio que nadie, ni siquiera nosotros, salgamos en su defensa. Estamos seguros de que saldría airoso de una confrontación cara a cara con el triste personaje que ha remitido el anónimo. No consta que Sergio se haya escondido jamás como el que intenta burlarse de él (no ríe el que quiere, sino el que puede). Además su estatura intelectual es, sin duda, bien superior.
Pues bien, una vez más, El Correo, por respeto a sus lectores y a quienes lo hacemos no tiene otro remedio que rechazar el comentario del “valiente” de turno, no sin antes decirle, porque parece duro de mollera, que no aceptamos anónimos. Esos se los puede meter dónde le quepan.
En éste medio de comunicación –que es eso, de comunicación, es decir de diálogo y de respeto- no caben los miserables como él.
Por lo general detrás de un anónimo suele haber un enemigo de la libertad. Aquí el que pretende decir algo lo dice con nombre, apellidos y dirección de correo electrónico. ¡Ah! Por cierto, comprobamos la existencia de ese correo antes de aceptar comentarios. Somos gatos viejos, pero no tontos.