miércoles, 25 de mayo de 2011

Elecciones 2011

Comienza a imponerse la demanda de un congreso del PSOE para elegir sucesor a Zapatero

Por M. González

Madrid.- Las filas del PSOE comienzan a dar muestras de falta de unidad de criterio sobre como superar la situación después del batacazo electoral y algunos hablan hasta de guerra interna, que puede haber comenzado antes de lo previsto.
Los llamados barones regionales, descabalgados de su poder por el resultado electoral del 22-M, sobre todo los más afines a Alfredo Pérez Rubalcaba, han dado un paso al frente para pedir la celebración de un congreso del PSOE sin esperar a 2012, lo que implicaría la elección de un nuevo secretario general y una nueva ejecutiva federal.
No era esa la idea de José Luis Rodríguez Zapatero cuando se reunió el lunes con la dirección del partido tras la severa derrota en las elecciones autonómicas y municipales. Pero parece imparable que se extienda esa idea dentro del PSOE.
El primero en mover ficha ha sido el líder de los socialistas vascos, Patxi López. Tras una reunión de la ejecutiva de su partido, defendió que «la respuesta a lo sucedido el domingo no pueden ser solo unas primarias sin proyecto» y fuentes socialistas aseguran que la suya no es una opinión aislada, sino que tiene respaldo de otros dirigentes territoriales.
El extremeño, Guillermo Fernández Vara, que ve pendiente de un hilo su continuidad con jefe del gobierno regional, ha dicho que «tan democrático es un proceso de primarias como un congreso».
Los socialistas vascos aseguran que su propuesta no esconde intenciones conspirativas, pero los partidarios en la dirección del PSOE de la candidatura alternativa de Carmen Chacón ven en esa tesis una maniobra para cerrar el paso a la ministra de Defensa.
«No es una propuesta inocente; es una forma estatutaria de impedir las primarias e implica una censura a la ejecutiva federal y a Zapatero», cree un partidario de Chacón y no faltan quienes aseguren que de esa idea es el propio Zapatero.
Lo cierto es que en un congreso no vota toda la militancia, sólo los delegados elegidos por las federaciones; lo que reduce lo imprevisible de cualquier elección. Y en otros círculos cercanos a Chacón se dice que de esa manera se desea controlar mejor el partido, señalando como padres de esa tesis a Rubalcaba y a José Blanco.
Los más sensatos dicen que lo que el PSOE tiene que hacer, antes de nada, es un debate de ideas o proyectos, más que sobre personas. Es decir, el PSOE tiene que pensar qué va a proponer a la sociedad española como alternativa a lo que les ha llevado al fracaso, más que quién será el encargado de pilotar ese proyecto. De esa idea parecen más partidarios los que respaldan a Chacón.
Y de alguna manera, algo así es lo que ha dicho Patxi López. «Primero hay que decidir qué queremos ofrecer y luego decidir quién abandera el programa», planteó.
Ese análisis, compartido por miembros del grupo parlamentario socialista, no acaba de coincidir con la celebración de un congreso extraordinario. Porque, según fuentes de la calle Ferraz, a diferencia de lo que ocurre en los congresos ordinarios, no se vota una ponencia de estatutos, ni una ponencia marco ni hay discusión programática. Lo único que se hace es elegir a la cúpula dirigente.
El requisito previo es la dimisión de José Luis Rodríguez Zapatero y de toda su comisión ejecutiva. Eso será lo que decida el Comité Federal el sábado y, si sale adelante, en 40 días el máximo órgano del PSOE celebrará su XXXVIII Congreso.
Cierto es, además, que tras la derrota del domingo, un importante grupo de dirigentes comenzó a propugnar la idea de que lo último que conviene al PSOE es enzarzarse en una batalla de primarias. Y arreciaron las presiones a Chacón para que desista de presentarse. Pero ha sido vano. Una cierta guerra está servida y amenaza con minar más los cimientos del partido socialista de cara al 2012.