miércoles, 25 de mayo de 2011

Elecciones 2011 (Crónica política)


Zapatero erre que erre ante su partido y el Congreso

E. Vázquez
Madrid.- Qué José Luis Rodríguez Zapatero no es fácil de convencer y que está dispuesto a llevarse por delante lo que sea a la hora de imponer su criterio es algo de sobra conocido, sobre todo para quienes llevan más tiempo cerca de él o sufriendo su testarudez. Ahora, en pleno proceso para sucederle, está dispuesta a echar un pulso a su propio partido para que acepte sus tesis.
Zapatero ha dado nuevas pruebas de ello y, convencido de que la culpa del batacazo electoral es de la crisis y no de su gestión, está dispuesto a imponer su criterio a cuantos en el PSOE exigen la supresión del proceso de primarias y su sustitución por un Congreso extraordinario urgente que designe al nuevo candidato del PSOE, cuando falta menos de un año para unas generales que pueden barrer a los socialistas.
En el Congreso, después de la sesión de control al Gobierno, Zapatero no ha dudado en declarar: "Claro que vamos a hacer las cosas como hay que hacerlas. Yo ya he dicho que soy partidario de primarias y va a haber primarias". O sea, que el líder saliente impondrá su santa voluntad a quienes van a tener que lidiar al toro que él se deja vivo en la plaza.
El presidente ha asegurado que ya ha mantenido una conversación telefónica con el lehendakari Patxi López, el primero que en público solicitó la celebración de un congreso, y ha anunciado que el próximo viernes, víspera del Comité Federal del PSOE, se reunirá con los secretarios regionales para aunar posturas.
Según Zapatero, que parece ajeno a lo sucedido el domingo y al clamor que emana de muchas plazas españolas donde están acampados los seguidores del movimiento Democracia Real Ya, el PSOE es "un gran partido, capaz de hacer un gran ejercicio de responsabilidad". "Es un partido democrático y lo vamos a ver en pocos días", ha subrayado.
Más prudente, el presidente del Congreso de los Diputados y ex presidente regional, José Bono –apartado por decisión propia de la sucesión-, ha preferido no decir si es partidario de convocar elecciones primarias en el PSOE o un congreso extraordinario, pero ha pedido al partido que resuelva este asunto "con la mayor rapidez".
"Yo soy partidario de lo que siempre ha sido partidario mi partido, y es que el partido no es un fin en sí mismo", ha dicho en los pasillos del Congreso. "Lo que hemos de hacer es resolver los asuntos internos con la mayor rapidez", ha añadido, porque lo "verdaderamente importante" para los socialistas debe ser "resolver los problemas de los ciudadanos y no volvernos locos".
Bono confía en que los problemas queden resueltos en el Comité Federal porque "es lo que los ciudadanos quieren, y no volvernos neuróticos creyendo que la elección entre una u otra persona es lo que quita el sueño a los españoles", que a su juicio "son sus hipotecas, su empleo, la Sanidad, la Educación, las carreteras, y a eso es a lo que nos tenemos que dedicar; lo demás no tiene sentido".
Por otra parte, la sesión del Congreso no ha sido otra cosa que un duelo de aplausos entres diputados de uno y otro signo, unos para celebrar la victoria del PP en las elecciones y otros menos encendidos, para intentar arropar a Zapatero en la derrota.
Lo demás ha sido un vano intento de arrancar a una valoración de los resultados electorales y concrección acerca de las consecuencias que ello tendrá en la estrategia del Gobierno. Dura ha sido la crítica de la portavoz derechista Soraya Sáenz de Santamaría, que ha reprochadoa al Ejecutivo el que "a una crisis económica, haya añadido una social y ahora quiera sumar una política" centrándose en el debate de sus problemas partidarios.
Zapatero se ha limitado a responder que su objetivo es continuar con las reformas a fin de "recuperar el crecimiento, mantener la estabilidad financiera de España y lograr la creación de empleo". Mariano Rajoy también ha querido averiguar los planes de futuro de Zapatero al menos en lo que respecta a la economía y el jefe de gobierno se ha declarado convencido de que sus medidas "producirán resultados a medio plazo".
Rajoy ha reiterado que el Gobierno "no inspira confianza ni dentro ni fuera de España, ni ya es posible que la genere", pero Zapatero le ha dicho que "la confianza es un concepto genérico e indeterminado que sirve para cualquier circunstancia". Y, según él, "no ha cambiado la confianza, han cambiado las circunstancias".