Torrijas
Por M. C. Frisuelos
Termina la Semana Santa y con ella para muchos se acaba el tiempo de comer torrijas. Pero no deja de ser un error, porque las torrijas, a las que nuestros vecinos portugueses llaman “rabanadas” (y que consumen en Navidad), son un método muy útil de dar utilidad al pan que se nos queda duro.
Aquí van tres recetas de las más conocidas. Las cantidades de ingredientes estarán en función de la cantidad que se quieran preparar:
TORRIJA DE LECHE:
-Cortar rebanadas de pan duro (dos días) y mojarlas en una mezcla de leche con azúcar y canela, hervida previamente. La cantidad de azúcar dependerá de nuestro gusto aunque una cantidad orientativa es 200 gr. de azúcar cada medio litro de leche.
-Una vez mojadas las rebanadas pasarlas por huevo batido y freírlas en aceite de girasol.
-Hervir leche con azúcar, canela y la piel de un limón e incorporar en caliente a esta mezcla las torrijas, una vez escurrida la grasa sobrante.
-Enfriar y servir las torrijas bañadas en la sopa de leche.
TORRIJA SECA:
-Mojar las rebanadas de pan en una mezcla de leche, miel y canela.
-Rebozar las rebanadas mojadas con huevo y freír en aceite de girasol.
-Secar con papel absorbente y servir espolvoreadas con azúcar o con miel.
TORRIJA DE VINO:
-Humedecer el pan de torrijas con vino dulce tipo Pedro Ximénez o Moscatel.
-Pasar las rebanadas por huevo batido y freírlas con aceite de girasol. Secar la grasa sobrante con papel absorbente y servir frías o calientes.