miércoles, 21 de abril de 2010

Obituario

Muere Samaranch, hombre clave del  olimpismo y de la historia de España

Por J. Frisuelos
Madrid.- El que fuese presidente del Comité Olímpico Internacional y figura destacada de la reciente historia española, Juan Antonio Samaranch, ha fallecido a primera hora de esta tarde en la clínica Quirón, de Barcelona, de un fallo cardíaco. Desde comienzos de esta semana estaba en grave estado.
Samaranch (Barcelona, 17 de junio de 1920-21 de abril de 2010), que era ahora presidente de honor del COI tras haberlo presidido durante 21 años (1980-2001) tenía 89 años y desde el domingo padecía una grave insuficiencia coronaria.
Hombre de reconocida fidelidad monárquica y grandes dotes diplomáticas, su apoyo fue fundamental para que España consiguiese sus primeros Juegos Olímpicos (Barcelona 1992) y a punto estuvo de serlo para una segunda cita con la cumbre del deporte en Madrid y en 2012. El error de un miembro griego del COI echó por tierra ese intento en el que Samaranch empeñó su prestigio personal y echó mano a muchas lealtades de sus tiempos como presidente.
Su simpatía personal y su capacidad de convicción le permitieron sortear los graves problemas del olimpismo en la guerra fría y le convirtieron en el español más querido y conocido en China y los países de Europa oriental.
Muchos periodistas con los que trató dan hoy fe de su sencillez y recuerdan como se acercaba en los aviones a la clase turista para saludarles, conversar sin cortapisas, hablar de cualquier cosa y desde luego para mostrarse entrañable. Pero también reconocen su astucia, demostrada en la negociación de las cuestiones más peliagudas.
Samaranch dejó el COI hace cerca de nueve años, cuando los médicos le previnieron de que su corazón comenzaba a dar muestras de fatiga. Y desde entonces ha peleado sin tregua contra el deterioro físico y sobre todo intelectual. Seguían tributándole por todo el mundo trato de Jefe de Estado, aunque ya no fuese presidente del COI más que a título honorario.
En realidad, es uno de los pocos hombres que han conseguido hacer aquello que más les atraía desde la infancia. En 1981, sólo unos meses después de recibir un COI casi en ruinas y con la difícil tarea de reconstruirlo, dijo algo muy significativo: "Yo soy como el niño al que le preguntan '¿qué quieres ser de mayor?' y dice 'dirigir, mandar en el deporte'. Y lo he conseguido. Soy feliz".
Samaranch, hijo de la alta burguesía catalana, millonario textil,  no fue militante de ningún partido, sino un eterno servidor del deporte, su pasión, y del ideal de esfuerzo y sacrificio que encierra. Portero discreto de hockey sobre patines, ya empezó siendo un gran delegado de equipo porque su brillo estaba en los despachos.  Su escasa estatura física encerraba un cerebro privilegiado.
Avery Brundage, su predecesor entre 1952 y 1972 le pronosticó que sería un día presidente del COI, pero no se le ocurrió que iba a desmontar sus ideas sobre el amateurismo a ultranza y a salvar de ese modo al olimpismo, dando cabida a los más grandes de cada especialidad, cobrasen o no por su actividad. Además, fue Samaranch quien convirtió al COI en un negocio de la máxima solvencia.
El Rey será sin duda uno de quienes más sientan la desaparición de Samaranch, siempre dispuesto a echar una mano cuando hacía falta, dado que en él el sentimiento monárquico era incuestionable. Va a pasar a la historia de España y no en un lugar discreto.