La comida basura es como una droga
Madrid.- Quien se atiborra sin freno de salchichas grasientas, fritos o pasteles puede desarrollar una dependencia a esos productos, como la de un drogadicto. Lo dice un estudio de investigadores estadounidenses que publica la revista científica Nature Neuroscience.
Los científicos Paul J. Kenny y Paul M. Johnson explicaron que el cerebro humano actúa del mismo modo que en el caso de las adicciones a las drogas o el tabaco, al no permitir que se deje de consumir la llamada comida basura, rica en calorías.
Los científicos han demostrado mediante experimentos con ratas de laboratorio que esta comida puede crear el mismo equilibrio químico en el cerebro que otras sustancias adictivas, ya que ese proceso desencadena un sentimiento de bienestar que satisface provisionalmente a personas y a animales.
Al igual que con los drogodependientes, el sistema exige cada vez más comida. Kenny afirma que en el estudio las ratas perdieron el control de su comportamiento alimenticio. Ni siquiera pararon cuando se les aplicaron electrochoques, lo cual demuestra la importancia de esa comida. Al quitarles la comida con alto contenido graso y sustituirla por ensalada y verduras, la rechazaban.
Los científicos Paul J. Kenny y Paul M. Johnson explicaron que el cerebro humano actúa del mismo modo que en el caso de las adicciones a las drogas o el tabaco, al no permitir que se deje de consumir la llamada comida basura, rica en calorías.
Los científicos han demostrado mediante experimentos con ratas de laboratorio que esta comida puede crear el mismo equilibrio químico en el cerebro que otras sustancias adictivas, ya que ese proceso desencadena un sentimiento de bienestar que satisface provisionalmente a personas y a animales.
Al igual que con los drogodependientes, el sistema exige cada vez más comida. Kenny afirma que en el estudio las ratas perdieron el control de su comportamiento alimenticio. Ni siquiera pararon cuando se les aplicaron electrochoques, lo cual demuestra la importancia de esa comida. Al quitarles la comida con alto contenido graso y sustituirla por ensalada y verduras, la rechazaban.