Negras perspectivas del Banco de España para el país
Madrid.- No se trata de los negros augures de cualquier organismo internacional. Esta vez quien ha trazado un negro panorama para los sufridos españoles es nada menos que el Banco de España. Sus últimas proyecciones han convertido en papel mojado las predicciones de ese oráculo descompensado en que parece haberse convertido el jefe de gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
No hace más de dos meses, Zapatero sostenía en el congreso que “no habrá recuperación hasta que se vuelva a crear empleo". Fue en el último gran debate económico que se celebró en el Congreso, y Zapatero fijó la frontera de esta crisis en el mercado laboral. Es un análisis compartido por los expertos, más aún cuando la tasa de paro supera el 18%.
Pero el optimismo patológico, y no siempre justificado del leonés de La Moncloa, no reúne la misma coincidencia de los analistas respecto al momento en que se recuperará la creación de emplo. "Volveremos a crear empleo neto a finales de 2010", decía Zapatero. Pero las últimas proyecciones del Banco de España, son muchísimo menos optimistas: "Cabe esperar el retorno a tasas positivas de generación de empleo en los trimestres finales del próximo año".
Una vez más, la conclusión del Banco de España es resultado de unas previsiones que se acercan al pronóstico oficial en 2010, pero lo empeoran de forma significativa en 2011. Todo lo contrario que Zapatero, que comenzó por negar la crisis, luego se negó a llamarla por esa nombre y ahora, obligado por los tozudos hechos, ha tenido que admitir que estamos en muy mala situación, aunque ahora parece intentar engañarse y engañar al país sobre cuándo saldremos de ésta.
Mientras que para este año el vaticinio del banco emisor sobre la evolución del PIB es similar -el Gobierno prevé un retroceso del 0,3%, el supervisor lo sitúa en el 0,4%-, la diferencia para el próximo año es sensible: el Banco de España rebaja a más de la mitad (del 1,8% al 0,8%) la estimación de crecimiento de 2011.
Con estas cifras, el Banco de España se alinea con organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional o la Comisión Europea, que creen que la recuperación será más débil de lo que pronostica el Gobierno. Bruselas ya advirtió hace dos semanas que esa hipótesis demasiado optimista ponía en riesgo el objetivo de rebajar el déficit del 11,2%, cierre del ejercicio pasado, al 3% del PIB en 2013.
Y cuando un médico se niega a admitir el diagnóstico más probable, lejos de ayudar a curar el enfermo puede estar contribuyendo a empeorar su total sanación, dicen los expertos del banco emisor.
El contraste con el pronóstico oficial es más acusado aún en el mercado laboral. El Gobierno cree que las tasas interanuales de empleo dejarán los números rojos en otoño, y que la tasa de paro alcanzará su pico este año (más del 19%), para descender en 2011. Por el contrario, el Banco de España cree que la destrucción de puestos de trabajo encadenará al menos tres años (del tercer trimestre de 2008 al tercer trimestre de 2011). Y que la tasa de paro no sólo no bajará, sino que aumentará hasta rondar el 20% el próximo año.
Con un crecimiento más débil y una tasa de paro mayor (lo que se traduce en más prestaciones por desempleo), la senda de corrección del déficit que dibuja el Banco de España tampoco puede coincidir con la del Gobierno. Según el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el ajuste del saldo público será mucho más lento de lo anticipado por Economía en el Plan de Estabilidad remitido a Bruselas.
Las cuentas del servicio de estudios sitúan el déficit de 2011 en el 9% del PIB, cuando Economía cree que se quedará en el 7,5%. De confirmarse, la nueva previsión del Banco de España haría casi imposible que el Gobierno lograra su objetivo presupuestario de 2013, pese al cuantioso plan de reducción del gasto público (50.000 millones) previsto para los próximos cuatro años.
El plan de austeridad anunciado por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, crea dudas al supervisor. "Los objetivos de recorte resultan muy ambiciosos y, en muchos casos, no tienen precedentes históricos", señala el servicio de estudios, para advertir de que el gasto público tiene "una tendencia al crecimiento difícil de doblegar" y que el ajuste se complica porque "depende en buena medida del concurso de las administraciones territoriales [comunidades y ayuntamientos]".
Pese a constatar "riesgos de desviaciones al alza en el gasto y el déficit públicos", el Banco de España incorpora a sus previsiones el plan de ajuste fiscal promovido por el Gobierno. De hecho, ahí radica buena parte de las divergencias con el pronóstico de Economía, que optó por mantener las previsiones de crecimiento y empleo que hizo el verano pasado pese a anunciar una reducción del gasto presupuestario, la inversión pública y las plantillas de funcionarios.
"La consolidación presupuestaria es imprescindible", aduce el Banco de España, "pero puede ocurrir que tenga efectos contractivos a corto plazo". El organismo supervisor centra las diferencias en el impacto del recorte en la inversión pública: "En términos nominales [sin descontar inflación], se reducirá alrededor del 15%, tanto en 2010 como en 2011, que contrasta con el crecimiento del 10,5% observado en 2009".
El Banco de España pasa de puntillas esta vez sobre los efectos de la subida de impuestos. Sólo menciona la prevista subida del IVA para afirmar que tendrá "un impacto limitado en el poder adquisitivo de las familias". Tampoco anticipa un impacto sensible en la inflación, que sitúa en tasas medias del 1% para este y el próximo año. Aquí el supervisor aplaude el acuerdo de moderación salarial firmado por sindicatos y patronal "mucho más coherente con la intensidad de la recesión".
La caída de la obra pública, la prolongación del ajuste en la construcción de viviendas y la debilidad del gasto empresarial en bienes de equipo hacen de la inversión el agujero negro del cuadro macroeconómico dibujado por el Banco de España.
Por el contrario, las exportaciones (con avances cercanos al 5%) y el consumo de las familias (que crecería ya este año) salen mejor parados que en el pronóstico oficial. Aunque con cautela. "La reanimación del consumo privado es uno de los elementos de estas previsiones con mayor grado de incertidumbre", avisa el Banco de España.
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, mantuvo las previsiones del Ejecutivo que, reconoció, les permiten ser "un poquito más optimistas" y, ante todo, impulsar las medidas oportunas "sin mermar los derechos de los trabajadores, que no son los que han originado la crisis".
El líder del PP, Mariano Rajoy, dijo que los datos del Banco de España deben "hacer reflexionar al Gobierno" para "que tome decisiones sobre temas importantes y no sobre temas menores".