domingo, 4 de abril de 2010

Noticias Regionales

Seseña, conmoción por el crimen

Toledo.- Todo el pueblo de Seseña se encuentra conmocionado tras el hallazgo del cadáver de la niña de 13 años Cristina Martín. Los días transcurridos entre la desaparición y el hallazgo del cadáver han coincidido con la Semana Santa y muchos vecinos conocieron en el mismo día la desaparición y el luctuoso hallazgo.
Nadie puede creerse lo sucedido en una localidad que, pese a haber crecido mucho en población en los últimos años, no se caracteriza por registrar delitos de sangre y violencia de este género.
La consternación se palpaba en los testimonios de los vecinos de Seseña. En concreto Lydia, con un hijo de la misma edad que la fallecida, asegura que se enteraron de la noticia cuando salieron a comprar y vieron «todo cortado». «Quiero saber qué ha pasado, quién ha sido y ver si tenemos que tener cuidado, porque yo tengo un hijo de trece años y no sé nada», añade.
De la misma opinión es Alfonso, residente en el municipio, quien reconoció que el pueblo vive «mucho movimiento» hace días, sobre todo en la zona donde desapareció Cristina, «un parque en el que se concentra mucha juventud. A ver si nos informan y nos dicen algo para que estemos tranquilos».
Fue exactamente a las 18.36 horas de ayer cuando la policía les comunicó la peor noticia de su vida a los padres: que el cuerpo sin vida encontrado en Seseña correspondía al de su hija. Francisco Martín de la Sierra aventuró que quien la ha matado saldrá pronto de la cárcel por «buena conducta» y «dispuesto a hacer lo mismo». «La justicia no es todo lo que quisiéramos», subrayó en una rueda de prensa junto al alcalde Seseña, Manuel Fuentes.
Francisco comentó que un padre querría que al responsable de lo ocurrido «lo colgaran y ojo por ojo», pero no va a ser, sino que lo condenarán y a los «tres años lo tienen en la calle dispuesto a lo mismo». Recordó que la niña salió entre las 11.10 horas y 12 horas, a la luz del día y en un lugar público y concurrido, y que quiso pensar que era una chiquillada cuando volvió de trabajar, pero, al mismo tiempo, desde el primer día «sabía que estaba retenida».
Explicó que a su hija pequeña, que hace la primera Comunión en mayo, le ha explicado que a Cristina «Dios se la ha llevado» y que si él está mal, su mujer «peor». Ayer habló con el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda.
El alcalde resalta la situación de «trauma y alarma social» generada en Seseña, una localidad de 18.000 habitantes empadronados donde se vive «tranquilamente» en general, más allá de algún delito de drogas y de cuestiones municipales. Se han decretado dos días de luto. Los restos de la niña han permanecido la pasada noche en el Instituto Anatómico Forense de Toledo a la espera de que le sea practicada la autopsia.
 El delegado de Educación en Toledo, Francisco Javier García, no da crédito al enterarse que una compañera de clase de Cristina Martín de la Sierra Matilla, desaparecida desde el pasado martes en Seseña, es la persona detenida ayer por la Guarda Civil como presunta autora de su muerte.
Y no podría creérselo porque, minutos antes, había comentado con este diario que Cristina no tenía ningún problema en clase, que era una alumna normal y hasta era la subdelegada de su curso en el instituto «Margarita Salas» de Seseña, donde estudiaba 1º de la ESO. Y que, aunque repetía curso este año, su relación social en el ámbito educativo no se desviaba un ápice de los parámetros normales, según le había comentado poco antes el director del centro, Francisco García Serrano, quien, como Galán, estaba absolutamente consternado y que el pasado miércoles se personó en el instituto al conocer la noticia de la desaparición.
«Era una niña totalmente aceptada por el grupo y por eso el director me ha llamado consternado», añadió el responsable educativo, que rehusó pronunciarse sobre la detención de otra alumna hasta que no se conozcan más detalles del caso o se levante el secreto del sumario decretado por el Juzgado de Illescas.
«Son hechos que no tienen explicación, que son inconcebibles; toda violencia es condenable pero más si se ejerce sobre una niña de 13 años», dice.