miércoles, 24 de febrero de 2010

Crónicas de mi charca

Palos de ciego

Por La Rana Verde
Parece mentira pero a estas alturas y con las que está cayendo la clase política española sigue igual, erre que erre. Los unos sin saber cómo meterle mano a la crisis. Y los otros sin demostrar la generosidad necesaria para olvidarse del horizonte electoral y arrimar el hombro. Y por el camino los unos y los otros no hacen más que dar palos de ciego.
Trasladen el escenario desde el ámbito nacional al de cualquier región en la que los mismos partidos ocupan los primeros puestos. O a cualquier pueblo o ciudad. Y el resultado, como podrán comprobar, es idéntico. Todos mirando a las próximas elecciones y olvidándose de un presente más que complicado para varios millones de ciudadanos.
Detrás de todo no se encuentra más la incapacidad de todos ellos para resolver los problemas de la gente, los verdaderos problemas y no esos que ellos se van inventando cada día para dispararse andanadas. Eso sí, con pólvora ajena y cartuchos de salvas.
Algunos tienen el rostro de declarar cuentas bancarias con saldos ridículos (¿hacen falta nombres?) pero otros no dudan en hacer verdaderos juegos malabares –ahora lo llaman ingeniería financiera- para hacernos creer que hay donde no hay y que es legal lo que no es ni siquiera legítimo.
Mientras el hambre comienza a rondar por la puerta de miles de españoles, hay una casta intocable, atrincherada en sus poltronas, que invoca los miedos a lo desconocido para que no la desalojen del reducto en el que instaló. Hay búnkeres de hormigón mucho menos resistentes que las barreras que se han construido algunos a base de cara dura.
Y en ese proceloso océano a veces se escuchan voces que claman por un cambio a fondo en el modelo político (¿será sincero Bono?), para que los representados se sientan de verdad identificados con los representantes; para que los que pueden, quieran poner coto a la corrupción rampante que extiende su metástasis como el cáncer. Pero uno, desde su charquita, tiene siempre la impresión de que no son más que cantos de sirena en plena galerna. U otro tipo de palos de ciego.

(La Rana Verde es el seudónimo de un conocido periodista y bloguero español)