Nadie duda de que vascos y catalanes apoyarán a Zapatero en su plan anti-crisis
Por M. González
Madrid.- Nadie duda a estas alturas que el pacto prometido por José Luis Rodríguez Zapatero en el Congreso esta semana , para acordar medidas contra la crisis, tendrá como pilares básicos a los nacionalistas vascos y catalanes. Lo que no está claro es a cuánto asciende el peaje que tendrá que pagar a cambio de los apoyos de los que carece.
“Pagar va a tener que pagar”, decía el jueves en confianza un diputado vasco, amparado en el anonimato. Y en el pacto es posible que estén también Unión del Pueblo Navarro y Coalición Navarra, o al menos eso es lo que desea el Partido Socialista.
La izquierda más radical ve con muchas dudas la posibilidad de sumarse al acuerdo y el Partido Popular va a acudir a las negociaciones para no quedarse aislado, pero a duras penas firmará nada con un Gobierno al que ve seriamente tocado y al que espera ayudar a dar sepultura.
Antes de que inicie su andadura la comisión gubernamental de notables diseñada por Zapatero para lograr el pacto estratégico sobre política económica, esas son las posiciones, y lo que está claro es que sin apoyos, el Gobierno no puede hacer nada, pero lograrlos habrá de prometer el oro y el moro.
De momento, el contenido conocido de las reformas provoca el rechazo de la izquierda representada por IU, ICV, BNG y los separatistas de ERC. También de Nafarroa Bai. Y UPyD, el partido de Rosa Díez, recela del Gobierno como el PP y por la misma causa: los votos que espera cosechar de la sangría que sufre el PSOE .
En cambio PNV y CiU están dispuestos al acuerdo. Sobre todo el segundo. Pero van a poner condiciones, y eso nadie lo duda. Los vascos, siempre intentando singularizar su postura, muestran recelo a la palabra pacto y prefieren hablar de colaboración. Detrás de esa actitud, confiesa un parlamentario vasco, está “la sensación de gasto escaldado” después de ser desalojados del gobierno vasco por una coalición socialista-popular. El portavoz del PNV en el Congreso ha sido exageradamente gráfico para matizar su postura: “No queremos ser los palanganeros del Gobierno”. Mucho más rotundo fue Gaspar Llamazares para expresar el desacuerdo de IU con el pacto: “No vamos a ser los palmeros del ajuste duro”. Sí apoyarían subir los impuestos para las rentas altas, pero los planes que preparan Elena Salgado, Miguel Sebastián y José Blanco no van por ahí.
La vicepresidenta económica, que va a telefonear a todos y cada uno de los líderes políticos, habló ayer con Mariano Rajoy y pese a la cordialidad de trato sólo escuchó de su boca la disposición a acudir y hablar, pero difícilmente ello dará paso a prestarse a un acuerdo. Sobre todo porque las posturas de PSOE y PP están en las antípodas.
Respecto a lo que se conoce sobre las demandas del PNV, se resumen en reducción del número de ministerios y análisis completo de las políticas públicas para que no haya duplicidad con las competencias autonómicas. Negociar para ver de dónde se puede recortar y si hay recortes salariales en la Administración, que no afecten al nivel bajo-medio.
También piensan que subir impuestos es un error. Y creen que para financiar lass políticas sociales hay que aumentar los impuestos directos y proporcionales sobre las rentas. O lo que es igual, las políticas sociales generan derechos, pero tienen costes que hay que estar dispuestos a financiar.
Por lo que toca a CiU, planean una reducción temporal de cotizaciones a la Seguridad Social de empresas que cuenten con menos de 10 trabajadores si logran mantener o crear empleo en los dos próximos años. También defienden que la Administración financie parcialmente el coste de la disminución de jornada de los trabajadores que las empresas no pueda mantener a tiempo completo para evitar despidos y cierres.
Igualmente, reducir el IVA del 16% al 7% en la rehabilitación de viviendas y reducción del IVA (sin especificar) para el sector turístico, así como simplificación para la creación de microempresas destinadas a jóvenes emprendedores.