El virus del progreso
Por M. Molares
Treinta euros son poco dinero, pero con ellos en pesetas, 5.000, y con su organismo invadido por el virus del progreso, un hombre creó en pocos años el que es probablemente el primer imperio textil mundial, Inditex.
Amancio Ortega estaba atacado por ese virus transformador que nace o se desarrolla como toda enfermedad en personas de mínima formación académica, como él, o que aparece no se sabe dónde ni por qué, y que puede ser contagioso.
También puede multiplicarse en cultivos científicamente planificados, como en Stanford, California, la universidad del mundo que produce más enfermos del virus del progreso, los verdaderos progresistas.
El economista, sociólogo e investigador Gonzalo Fernández, autor de 36 libros de economía y sociología parece haber encontrado el secreto de los triunfadores, y lo desmenuza en un libro que explica cómo y por qué aparecen personajes fundamentales para el desarrollo del mundo.
“El virus del progreso” (Ensenada de Ézaro Ediciones) explica cómo esos seres “hicieron realidad lo imposible”.
No heredaron propiedades ni tenían fortunas de la era industrial o preindustrial. Se trata de gente hecha a si misma con este virus que es la suma de casi cero dinero, una idea y la voluntad para llevarla adelante.
Observemos a Bill Gates creando Microsoft en el garaje de su casa, a Larry Page y Sergey Brin construyendo Google, o a Filo y Yang haciendo Yahoo, o al mismo Ferrán Adriá, creando una nueva cultura gastronómica, un fenómeno mundial, a Gómez Franqueira enriqueciendo a los campesinos mientras producían pollos baratísimos dando de comer a un país pobre y hambriento, España, en los 1950.
El libro reconstruye esas y otras historias fascinantes que nos hacen saber que quizás a nuestro alrededor hay alguien con el virus.
Si lo descubrimos ojala nos contagie…, aceptándonos como socios.
(M. Molares es escritor, periodista y marino mercante)
Treinta euros son poco dinero, pero con ellos en pesetas, 5.000, y con su organismo invadido por el virus del progreso, un hombre creó en pocos años el que es probablemente el primer imperio textil mundial, Inditex.
Amancio Ortega estaba atacado por ese virus transformador que nace o se desarrolla como toda enfermedad en personas de mínima formación académica, como él, o que aparece no se sabe dónde ni por qué, y que puede ser contagioso.
También puede multiplicarse en cultivos científicamente planificados, como en Stanford, California, la universidad del mundo que produce más enfermos del virus del progreso, los verdaderos progresistas.
El economista, sociólogo e investigador Gonzalo Fernández, autor de 36 libros de economía y sociología parece haber encontrado el secreto de los triunfadores, y lo desmenuza en un libro que explica cómo y por qué aparecen personajes fundamentales para el desarrollo del mundo.
“El virus del progreso” (Ensenada de Ézaro Ediciones) explica cómo esos seres “hicieron realidad lo imposible”.
No heredaron propiedades ni tenían fortunas de la era industrial o preindustrial. Se trata de gente hecha a si misma con este virus que es la suma de casi cero dinero, una idea y la voluntad para llevarla adelante.
Observemos a Bill Gates creando Microsoft en el garaje de su casa, a Larry Page y Sergey Brin construyendo Google, o a Filo y Yang haciendo Yahoo, o al mismo Ferrán Adriá, creando una nueva cultura gastronómica, un fenómeno mundial, a Gómez Franqueira enriqueciendo a los campesinos mientras producían pollos baratísimos dando de comer a un país pobre y hambriento, España, en los 1950.
El libro reconstruye esas y otras historias fascinantes que nos hacen saber que quizás a nuestro alrededor hay alguien con el virus.
Si lo descubrimos ojala nos contagie…, aceptándonos como socios.
(M. Molares es escritor, periodista y marino mercante)