jueves, 27 de agosto de 2009

Obituario

Muere Joaquín Ruiz-Giménez, un hombre en el buen sentido de la palabra bueno
Madrid.- Joaquín Ruiz-Giménez, el primer Defensor del Pueblo español y sobre todo un hombre en el buen sentido de la palabra bueno, ha fallecido a los 96 años de un infarto cerebral.
Nacido en Madrid, en 1913, desempeñó el cargo de diciembre de 1982 a diciembre de 1987, periodo en el que inició el desarrollo de esta institución prevista en la Constitución e impulsada durante el primer Gobierno del PSOE de Felipe González.
Ruiz-Giménez era doctor en Derecho y catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Presidió la Organización Internacional de Estudiantes Pax Romana (1939-1946), fue embajador en el Vaticano (1948-1951) y ministro de Educación Nacional (1951-1956). En 1963 fundó la revista Cuadernos para el Diálogo, publicación que recogía las opiniones de democristianos críticos con la dictadura franquista.
Juan XXIII lo nombró experto en cuestiones sociales, jurídicas y políticas lo que le permitió trabajar en las Comisiones del Concilio Vaticano II. El pontífice Pablo VI lo designó además miembro del Consilium de Laicis de la Santa Sede (1967-1972). Ruiz-Giménez fue también presidente de la Comisión Nacional Española de Justicia y Paz (1971-1975) y estuvo al frente del Comité Español de Unicef (1988-2001).
Inició estudios de Filosofía y Letras, que tuvo que abandonar en 1936 por la Guerra Civil. Detenido varias veces al inicio de la contienda, estuvo encarcelado en Madrid, aunque consiguió trasladarse a Marsella (Francia), desde donde regresó para incorporarse al ejército del bando franquista.
Profesor de la Universidad de Sevilla, en 1945 fue uno de los encargados de redactar el Fuero de los Españoles, y en 1947 designado profesor encargado de la cátedra de Relaciones Iglesia-Estado de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de Madrid. Intentó una reforma interna del sistema educativo y creó un juzgado de rehabilitación y revisión de expedientes administrativos para reponer a maestros y profesores apartados. Autorizó congresos como el II de Poesía en Salamanca y el de Escritores Jóvenes, impulsado por Dionisio Ridruejo, y vivió los graves disturbios entre jóvenes pro y antifalangistas, que motivaron su cese ministerial, en 1956.
Ruiz-Giménez fue autor de libros como La concepción institucional del Derecho (1944), Introducción a la Filosofía Jurídica (1958), La propiedad (1961), Del ser de España (1962) y El Concilio y los derechos del hombre (1968). Por expreso deseo del fallecido, el velatorio y el entierro serán en la más estricta intimidad, según ha explicado uno de sus hijos.