martes, 23 de marzo de 2010

Crónicas Bárbaras

La Sección Feminista

Por M. Molares
Quienes recuerdan la Sección Femenina de la camarada Pilar Primo de Rivera afirman que tiene su versión progresí en la Sección Feminista de la compañera Bibiana Aído, que pretende crear estudios y un funcionariado de feministas profesionales para repartirse por el país con tarjetas rojas y juguetes eróticos.
Si Primo de Rivera entrenaba amas de casa, editaba libros de cocina y enseñaba higiene en una España que empezaba a tener cuartos de baño, la gente de Aído aconseja maniobras autoamatorias, vibradores, técnicas antiembarazo y abortivas, y después, en un gesto bufo, le exhibe tarjetas rojas a los maltratadores como si fueran futbolistas.
Pretende crear doctoras en estas teorías que darán master y diplomaturas, y en poco tiempo tendremos cientos de miles de profesoras de feminismo cobrando de los presupuestos de las escuelas e institutos por enseñar el punto G. y las fricciones placenteras.
Pero, volviendo al paralelismo de ambas Secciones, Femenina falangista y Feminista zapaterista, observemos que sus cuadros y afines siempre contuvieron un elevadísimo porcentaje de lesbianas, dato que no debe ocultarse solamente por corrección política.
Cualquiera que estudie la Sección Femenina descubrirá que fue un refugio para numerosas lesbianas, lo que demuestra que durante el franquismo no había tanta represión de homosexuales como exigencia de discreción. Eran señoras poco resentidas, bastante liberales y trabajadoras: ayudaron a hacer evolucionar el régimen.
Ahora, en plena libertad, hay organizaciones de lesbianas dignas y nada oportunistas. Pero el lesbianismo militante zapaterista existe para exigir subvenciones, es bronco, alberga mucho rencor contra los hombres sólo por serlo, y misionero con las adolescentes, algunas veces acosador, incluso podría verse como pederasta, y presenta la experiencia homosexual como necesaria y “cool”.
Resumen: las militantes político/feministas progresís se han descontrolado glandular y gandulmente, reclaman plazas funcionariales y derecho a reproducirse dentro del funcionariado como esporas que se esparcen para crear más ligues-funcionarias: invita Z., pagamos nosotros y los profesores que tienen que trabajar y enseñar materias que de verdad forman en ciencias o en humanidades.

(M. Molares es escritor, periodista y marino)