domingo, 18 de abril de 2010

Catástrofes

Cierra el aeropuerto de Barcelona por la

nube de ceniza

Madrid.- El caos sigue reinando en toda Europa por la nube de ceniza proyectada a la atmósfera por un volcán islandés, que ya comienza a alcanzar los cielos españoles y ha provocado cierres intermitentes en los aeropuertos del norte de España, el último de ellos Barcelona.
Mientras siguen las contradicciones sobre los efectos de la ceniza en los aparatos en vuelo, la autoridad de los aeropuertos españoles, Aena, anunciaba hoy el cierre de 11 aeropuertos del norte.
A las ocho y media de esta mañana eran ya 1.209 los vuelos cancelados, más de la mitad de los  2.124 previstos para hoy.  
El cierre afecta a los aeropuertos de Barcelona, Gerona, Reus, Sabadell, Asturias, Santander, Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona, Logroño, Palma de Mallorca y Menorca, que permanecerán clausurados desde las 08.30 horas de hoy hasta las 20.00 horas, según Aena. También se cierra el aeropuerto de Lérida, que no pertenece a la red de Aena.
Éste organismo recomienda a los pasajeros que no acudan a estos aeropuertos y consulten el estado de los vuelos con las compañías aéreas. Esta medida, tomada en coordinación con Eurocontrol -el organismo europeo que coordina el tráfico aéreo- supone el cierre del espacio aéreo en los sectores afectados, ya que la nube de ceniza no permite realizar sobrevuelos por debajo de 35.000 pies de altura.
La decisión sigue a la del cierre de ayer de siete aeropuertos del norte peninsular por espacio de una hora, ante la evolución de la nube de ceniza volcánica, aunque no hubo limitaciones de espacio aéreo porque el límite de altura estuvo en los 25.000 pies.
De los 1.209 vuelos que han quedado en tierra en España, 265 pertenecen al aeropuerto de Madrid.
El efecto más inmediato de este caos aéreo ha sido el aumento de los viajes en tren, autocar, taxi y vehículo privado de miles de personas que no pueden aguardar para desplazarse. Ha sido, por ejemplo, el caso de la canciller alemana Angela Merkel, que recorrió cientos de kilómetros por carretera para llegar al funeral del presidente alemán, o del presidente portugués, Anival Cavaco Silva, que recorrió Francia en coche hasta Barcelona, para regresar a Lisboa.
Sin embargo, las aerolíneas Lusfthansa y KLM, que han efectuado vuelos de prueba sin pasajeros aseguran que el polvo no ha causado problema alguno a sus aparatos y esperan que se autorice a reanudar parcialmente las operaciones.
Pero los expertos en aeronáutica dicen que cuando un avión entra en la nube de polvo del volcán es “como pasar el avión por una piedra pómez".
Porque la velocidad a la que vuela el avión (unos 900 kilómetros por hora) y el tamaño, en ocasiones diminuto, de las partículas de feldespato, cuarzo y otros minerales en suspensión, hace que el pulido sea intenso en las superficies del avión. La ceniza tapa los sensores que proporcionan información a los sistemas del avión. Además, el dióxido de sulfuro en la nube absorbe vapor de agua y se convierte en ácido sulfúrico, que corroe las superficies y crea microgrietas.
Con todo, lo más peligroso es el daño a los motores. Por un lado, la erosión en las palas del compresor reduce la eficiencia, y por otro la ceniza se funde con el calor de la cámara de combustión, formando una sustancia como cristal, que bloquea el flujo de aire, antes de que el motor se inflame y se cale.