Diálogo de sordos en el Congreso: Rajoy pide elecciones y Zapatero se aferra al poder
Por M. González
Madrid.- La primera jornada del debate sobre el Estado de la Nación se ha convertido en un deplorable ejercicio de sordera, en el que el popular Mariano Rajoy clamaba por elecciones anticipadas y el presidente José Luis Rodríguez Zapatero demostraba que va a estar aferrado al poder mientras no quepa otro remedio.
Zapatero hasta se ha olvidado de la crisis económica en su réplica a Mariano Rajoy. No han existido los más de 4 millones de parados, ni la recesión, ni el déficit público. El jefe del Ejecutivo ha preferido centrarse en atacar a su adversario político, como si el culpable de las erradas decisiones de Gobierno fuese el otro.
Zapatero ha hecho oposición a la oposición, en un tono asfixiado, muy alejado de un gobernante que pretende liderar un país para sacarlo cuanto antes del pozo en el que ha contribuido a sumirlo.
Zapatero ha reprochado a Rajoy el recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto de Cataluña, y ha dado a entender así que prefería tener un Estatuto inconstitucional a tener ahora un lío en su partido que se va haciendo más complicado cada día que pasa.
Además, ha acusado al presidente del PP de no presentar ni una sola propuesta y le ha reprochado mantener una posición "profundamente demagógica y falaz" sobre las pensiones.
"He visto que llevaba la réplica escrita a máquina", le ha contestado Rajoy. El jefe de la oposición cree que Zapatero ha liquidado su programa de investidura y ha hecho un ejercicio de travestismo político "como nunca hemos visto en la democracia española". A su juicio, el obstáculo para salir de la crisis es Zapatero y nadie más: "No tiene crédito ni confianza", y le ha instado a disolver las Cortes y convocar elecciones.
Zapatero ha asegurado que seguirá "cueste lo que le cueste", se ha limitado a recordar que la convocatoria de elecciones es facultad del presidente del Gobierno, pero ha retado a Rajoy a presentar una moción de censura, porque eso "está en sus manos". "Claro, que para eso hay que tener un programa y el valor de explicarlo".
"Es el colmo que quiera darme consejos", ha contestado Rajoy.
Tras la comparecencia de Zapatero, Soraya Sáenz de Santamaría ha opinado que “el discurso del presidente era la “imagen de la falta de credibilidad e incertidumbre hacia el futuro” y que “ha certificado el agotamiento de su Gobierno y de su proyecto político”.
“Es el certificado de un Gobierno y de un proyecto agotado –ha añadido-. No tiene logros que vender, se ha presentado con cuatro millones y medio de parados, no tiene nada nuevo que ofrecer a los españoles y no ha anunciado ninguna medida ni ninguna alternativa que de seguridad a los ciudadanos.
El balance que ha hecho José Luís Rodríguez Zapatero está absolutamente alejado de la realidad. Ni siquiera es capaz de hacer una lectura sensata y justa de lo que ha hecho. Ha tratado de vender como logros sus principales fracasos: la Ley de Economía Sostenible, paralizada en el Congreso; el control del déficit público; la reforma laboral o los acuerdos forjados desde hace años y que ha liquidado sencillamente en esta Cámara”.
Además, la dirigente popular ha dicho: “La imagen de hoy de José Luís Rodríguez Zapatero es la imagen de la falta de credibilidad y de la incertidumbre ante el futuro. No ha trasladado más que las medidas que le han marcado en Europa, que la hoja de ruta que le ha señalado la Unión Europea. La única medida es un nuevo recorte que ya conocían los europeos, la ampliación obligatoria de la edad de jubilación a los 67 años. De nuevo equivoca las prioridades. Su prioridad, lo ha puesto de manifiesto al inicio de su intervención, es solucionar los problemas internos de su partido antes que dar solución a los problemas de empleo, de calidad de vida y de bienestar social de los españoles. Y ha dado prioridad a los problemas internos del PSOE aún a riesgo de ser contradictorio, que lo ha sido, porque lo es decir que se acatan las sentencias cuando, a renglón seguido, se anuncian nuevas leyes para eludirlas”.
En consecuencia, la portavoz conservadora ha juzgado: “En resumen, proyecto agotado, Gobierno agotado, y presidente del Gobierno que no tiene nada que ofrecer a los ciudadanos; incertidumbre, inseguridad, desconfianza y una vez más error en las prioridades. Necesitamos un presidente del Gobierno que nos saque de la crisis y ese presidente no se llama José Luis Rodríguez Zapatero. Hoy lo ha demostrado una vez más”.
Lo cierto es que no ha sido la única portavoz en criticar duramente a Zapatero. Su soledad en el Parlamento ha quedado manifiesta.
Tampoco se ha mostrado muy contento Josep Antoni Duran Lleida, que ha asegurado que Zapatero “ha hablado durante una hora y ha dicho muy pocas cosas”. El catalán ha criticado la propuesta de reformas para el Estatut, tema en el que cree que Zapatero tiene “un descrédito absoluto”, porque “no creemos que pueda resolverse con cuatro o cinco leyes orgánicas”. Además, ha tachado de “intervención idílica” su descripción sobre la situación económica porque el presidente “no vive las experiencias de trabajadores”.
Para Josu Erkoreka, portavoz del PNV, Zapatero también ha hecho “una descripción irreconocible de la realidad. No compartimos el diagnóstico”. Erkoreka ha insistido en la idea de que “el debate de hoy es un debate de investidura” porque “nos ha hecho unos planteamientos que no tienen nada que ver con los que hizo hace dos años”. Según el vasco, “algunas medidas” de las que ha anunciado hoy, “nos prometió que él jamás las haría siendo presidente”. “Sus medidas son la contrarreforma a su programa como candidato a la presidencia”, ha concluido.
Desde la izquierda, las críticas también se han intensificado. El portavoz de ERC, Joan Ridao, cree que Zapatero “ha venido a cargar las baterías de un gobierno que no arranca ni a tiros”. El catalán le ha acusado de “cargar el muerto de la crisis a los más débiles de nuestra sociedad y sólo escucha con el oído derecho”. Tampoco le ha gustado la mención al Estatut: “Nos ofrece volver al autonomismo de los 80 y 90. La sociedad catalana no está para tomar más atajos, como dejó claro Barcelona el sábado”, ha añadido.
Joan Herrera, de ICV, también ha sido muy crítico con la posición hacia Cataluña. “El presidente no ha entendido lo que le dijo Cataluña el sábado”, ha dicho, para añadir que “la Constitución ha bajado tanto el techo que los catalanes no pueden andar de pie”. Respecto a las medidas económicas, “nos ha propuesto una senda que no es propia de un presidente de izquierda”. Herrera ha criticado que no anunciase subidas de impuestos a los más ricos, ni ayudas para fomentar la salida de crédito para las empresas. “Es un presidente que se llama de izquierdas pero cuyas propuestas son propias de un presidente de derechas. No nos vamos a entender”, ha concluido.
Quien más ha acentuado la idea de un Zapatero que “se pasa al terreno de la derecha” ha sido Gaspar Llamazares, portavoz de Izquierda Unida. “Será recordado como el político que en circunstancias difíciles recurre a lo más fácil: ser fuerte con los débiles y débil con los fuertes”. Para Llamazares, el presidente del Gobierno “ha asumido el programa del Partido Popular, de la derecha, que esperará a que caiga el presidente como fruta madura”.
Rosa Díez, portavoz de UPyD, ha tenido con Zapatero la sensación del “ciego que no quiere ver” y ha situado su discurso entre “la ficción y el desacato”. La parte ficticia se la lleva el impulso que el Gobierno quiere dar al coche eléctrico, que según la ex socialista se quedará en “el cochecito leré”. En lo que respecta al desacato, Díez quería hacer referencia a la propuesta de hacer leyes orgánicas para reforzar el Estatut: “A Zapatero le hubiera gustado vivir en un país en el que hay una ley inconstitucional que está en vigor”.
Como no podía ser de otro modo, el único portavoz que ha alabado el discurso del presidente del Gobierno ha sido el socialista José Antonio Alonso, a quien la intervención le ha parecido “seria, consistente y buena de contenido”. Alonso, amigo personal del presidente, a quien le debe su carrera política, ha elogiado las menciones de Zapatero a las “reformas de futuro” para mejorar la situación económica y el llamamiento a agentes políticos y sociales para mostrar, a su juicio, naturalmente, “ambición de país”.